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San Mauaro

Mauaro, Santo

Obispo, 21 de noviembre

Nuestra confianza en Dios es reconocible cuando se expresa por el simple don de nuestras vidas: es ante todo cuando se vive que la fe se hace creíble y se comunica.

Una de las iglesias más bonita de Italia, ente tantas como hay, es la dedicada a san Vidal

En el mosaico del ábside, junto a la Virgen y al Niño Jesús, está la figura de san Mauro, al que está dedicada la iglesia.

Tiene en su mano la corona del martirio.

¿Quién fue este santo?

No solamente fue mártir, sino también obispo como lo atestiguan dos inscripciones que se refieren a la construcción de la iglesia y el traslado del santo a la misma.

Fue obispo de Parenzo al final de las persecuciones de Diocleciano.

Según la leyenda, este obispo vino de Africa, teniendo en cuenta la etimología de su nombre (“moro”).

Fue un joven cristiano desde su infancia. Llevado por su amor a Dios, se consagró a él como monje en un monasterio, en el que estuvo 18 años.

Después salió para hacer una peregrinación a Roma, y de aquí se fue a Istria para ser elegido obispo.

Sufrió mucho durante las persecuciones por defender con su vida el testimonio de su fe en Cristo Jesús.

Fue arrestado y condenado a muerte. Los mismos cristianos recogieron su cuerpo para darle sepultura en el cementerio.

Dos siglos posteriores, un obispo sucesor, Eufrasio, mandó edificar una iglesia en su honor y llevaron allá sus reliquias. Buena parte de ellas se las llevaron a Roma en el siglo VII.

Actualmente están en San Juan de Letrán. Su culto y devoción se extendieron muy pronto.