San Honorio
Septiembre 30
Etimológicamente significa “que recibe dones”. Viene de la lengua griega.
De Cristo se recibe siempre su amor... Ahí se encuentra un soplo ardiente del Evangelio. Tanto en los confines de la tierra como muy cerca de ti, hay quienes no dejan que se apague esa llama interior.
Honorio era un obispo muy fervoroso y celoso de las cosas de Dios. Estaba en Roma tranquilo pero la misión que Dios le encomendaba, era superior a su comodidad.
Por eso salió de la ciudad eterna para evangelizar Inglaterra.
Sin esperarlo – pero así son las cosas de Dios – le tocó en suerte dirigir la diócesis de Canterbury como arzobispo.
Le sucedió a san Justo en el año 630.
Durante 23 años llevó a diócesis por las sendas de Dios hasta que murió en el año 653.
Este apóstol llegó a Inglaterra enviado por el Papa Gregorio I. Pues las islas británicas no habían sido todavía evangelizadas.
Era una gran preocupación apostólica del Papa.
Sin dudar lo más mínimo – sin dejar que se apagara la llama que Dios había encendido en su corazón – envió a san Honorio a esta isla.
Otros dicen que lo envió allí san Agustín de Canterbury. No hay datos exactos.
La vida de Honorio está marcada por varios hechos. Uno, por el envío de san Félix de Dunwich para evangelizar la isla.
El otro, la cita del año 644 en la que se proclamó al primer obispo inglés, Ithamar, en el condado de Kent.