San Gregorio el Sinaita
Agosto 8
Etimológicamente significa “vigilante atento”. Viene de la lengua griega.
Una de las preguntas claves que le viene a la mente a cualquier creyente en Jesucristo es ésta: Si no aman a los otros, ¿cómo pueden amar a Dios?
En el mundo amplio de los cristiano no hay espacios, ni regiones, ni naciones ni continentes.
Este joven provenía del Asia Menor. Le tocó viajar mucho en su tiempo. Era una costumbre de los monjes para llevar la paz y la Palabra de Dios al mayor número posible de personas que quisieran abrazar la fe en Jesús.
Pero lo que más llama la atención en su vida fue la estancia en el Monte Sinaí. De aquí le viene el sobrenombre.
El vivía bien y a gusto en el monasterio de Creta, pero quería llevar una vida de oración mucho más profunda y constante. Descubrió en su interior que el corazón tiene su propia oración.
De aquí se marchó al Montes Atos, el monasterio más célebre por su austeridad de vida y su entrega total a Dios.
Comprendió entonces- cosa bella e interesante – que el fin de la oración es hacer brotar en la conciencia la gracia bautismal, olvidada por los afanes de la vida.
Su biógrafo dice que no había en toda la montaña muchos monjes que disfrutaran como él de la hermosura de la oración interior. Se ve que entonces como ahora se cumple con Dios pero no se disfruta de él.
Como quien ha encontrado un tesoro, se quedó todo el resto de su vida en aquel sitio disfrutando como un enano.
Cuando los piratas turcos lo echaron del monte Atos, continuó su aprendizaje en un pueblo cercano a la frontera de Bulgaria.
Su misión fue extender este placer de la oración interior por todas partes, sobre todo a los seglares.
Murió en el año 1346.