29 de Mayo, Mártir
Etimológicamente significa “fuerte, viril”. Viene de la lengua hebrea.
Piensas no tener nada o casi nada. "Conozco tus pruebas y tu pobreza, sin embargo, eres valioso". Por el Espíritu Santo que habita siempre en tu corazón, tienes todo para avanzar, todo para que nazca en ti una libertad interior, alentada por la confianza en Dios.
Este joven cristiano, habitado por el Espíritu, dio muestras en Constantinopla de su amor a Dios ante los enemigos que le insultaban.
Resulta que, para cumplir con su penitencia o para santificarse más todavía, hizo una peregrinación a Constantinopla.
Y aquí, sin tener la menor idea, alguien le acusó de que había abandonado la religión musulmana.
Le contaban que por medio de un apóstata egipcio había dejado de ser de Mahoma para abrazar a Cristo.
El se negaba rotundamente a renegar de su fe. Entonces lo encarcelaron, le dieron muchos azotes y hierros ardiendo para ver si lograban lo que pretendían.
El mantenía firmes sus convicciones:" Nunca he sido musulmán, soy cristiano".
Y siguieron los castigos. Procuraban que sobreviviese a ellos para, al día siguiente, poder continuar con sus malos tratos.
Pero Andrés tenía una fuerza interior que le hacía avanzar sin miedo hasta su fin.
Cuando los que se inventaron la historia, veían que no podían con él, mandaron que le cortasen la cabeza.
Y a sus 27 años entregó su alma a Dios con la palma del martirio camino del cielo. Era el año 1465.
Carlos de Orléans cantó poéticamente el amor y la juventud de Andrés.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!