Beato Faustino Miguez
8 de marzo.
Sacerdote.
Significa “afortunado”. Viene de la lengua latina.
La familia y, en su caso, el mismo lugar montañoso en que vivía, le hicieron un joven trabajador, sensible a la mirada de Dios en la naturaleza y en las personas.
Vino al mundo en un pueblo de Orense, España, en el año 1831. Los padres lo enviaron a que estudiase en el santuario de Nuestra Señora de los Milagros de la capital.
Viendo la rectitud y la felicidad de aquellos profesores, sintió el deseo de ser sacerdote escolapio con el fin de dedicarse por entero a la labor pastoral y educativa en los colegios.
Una vez que lo ordenaron de sacerdote, lo destinaron al colegio de Getafe, Madrid. Y de este centro, como es habitual en los religiosos dedicados ala educación, fue pasando por muchos otros centros.
Le encantaba dar ciencias naturales. Desde pequeño as había apreciado en aquellos parajes de su tierra natal.
No le gustaba figurar en nada. Su placer era la obra a favor de los chicos y jóvenes. Los trataba con mucha amabilidad, respeto y afecto. Sólo buscaba hacerles el bien humano y espiritual.
Era un verdadero maestro amigo de la gente. Sus ratos libres los empleaba escribiendo libros sencillos sobre ciencias naturales. Y como sacerdote, le gustaba mucho echar horas y horas en el confesionario.
También prestaba sus servicios a los ayuntamientos cuando requerían su servicio para analizar las aguas potables.
Dios le concedió el don de curar a enfermos. Muchos otros acudían a él para hacerle consultas sobre plantas medicinales.
La Dirección General de la salud registró doce plantas que se vendían en las farmacias.
En Getafe fundó el Laboratorio Míguez y el Instituto Calasancio Hijas de la Divina Pastora, dedicadas enteramente a la obra educativa completa de las chicas.
Ya anciano, a los 94 años murió en Getafe el 8 de marzo de 1925. Juan Pablo II lo llevó a los altares en 1998."