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Angilberto de Centula Abad

Angilberto de Centula

Abad, 18 de febrero

Etimológicamente significa “lanza brillante”. Viene de la lengua alemana.

A lo largo de nuestra existencia, a todos se nos dan hijos, hijos según la carne o hijos espirituales. Y quisiéramos no ofrecerles nunca aquello que nos ha herido o sobrecargado, más bien lo contrario, hacer lo máximo para prepararles caminos de paz, de reconciliación, en donde sus dones puedan desarrollarse.

Este joven, educado en la corte de Carlomagno, murió en el año 814.

Una vez que se hizo joven, tuvo como maestro a Alcuino. Contrajo matrimonio con la hija del emperador, Berta. Ya en su tiempo, muchos compañeros de clase decían que eso no era un matrimonio sino un asunto de Estado.

Y efectivamente, al poco tiempo él se inclinó por la vida religiosa, sobre todo por la invasión de los Daneses que se avecinaban.

Menos mal que una gran tormenta hizo naufragar a toda su flota y a sus temibles guerreros.

Berta, por su parte, entró en un monasterio, en el que desempeñó variados trabajos.

Como recompensa, Carlomagno dio a Angilberto la abadía de San Riquier (Centula).

Con su oración, penitencia y su cumplimiento del deber a rajatabla, Angilberto fue elegido abad.

Lo primero que hizo fue fundar una biblioteca y la introducción de cánticos en la abadía.

Los cantaban los 300 monjes y la escuela de cantores, compuesta por cien niños. Era amigo confidencial de Carlomagno, su capellán en la corte, consejero particular y su diplomático para asuntos especiales.