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Las Pequeñas Cosas

Se crea en lo que se crea y se llame como se llame, resulta lógico pensar que en el más allá alguien o algo nos tomará cuenta de los hechos de nuestra vidar Me aterra reprobar este examen final "por pequeneces", pues me parece tonto, mediocre y, sobre todo, no tiene disculpa en un ser racional. Estoy segura que me sentiré avergonzada de las cosas insignificantes que no valían la pena haber hecho:

- Hablar mal del prójimo
- Robar cositas
- Envidiar el bien ajeno
- No ser valiente para defender mis ideales
- Ser aduladora
- No haber hablado, cuando era necesario hacerlo
- Buscar a los poderosos para elogiarlos
- Pagar precios muy altos por "colocarme"
- Vender mi prestigio
- No ser autentico
- Negar la fe por temor al ridículo
- Dejar que otros hagan algo en lo que no estoy de acuerdo, sin tratar de impedirlo
- Ver siempre el lado malo de la gente sin encontrarle nada bueno
- Dejar para mañana las cosas importantes
- Ofender y no pedir perdón
- Hablar mal de los demás o permitir que otros lo hagan en mi presencia
- Tratar de escapar de los problemas, en vez de enfrentarme a ellos con valentía
- No haber aprendido a ser humilde
- Timar a los demás
- No interesarme por las cosas que me rodean
- No ser optimista
- Hacer caso de rumores y chismes
- No hacer un uso correcto de los bienes materiales
- Descuidar la salud
- Hacer del trabajo social un escapismo
- No tratar de controlar los defectos
- Ser agresivo e imprudente
- Estar siempre inconforme
- No aceptar mis errores y creerme perfecto
- Perder la meta final
- Gastar la pólvora en "infiernitos"
- Desperdiciar el tiempo
- Ser una carga para todos
- Vivir quejándome de todo
- Confundir el activismo con el apostolado
- Querer que me sirvan, en vez de servir a los demás
- Poner triste a la gente, en vez de darle un poco de alegría
- Matar la fe de los jóvenes
- Deformar la verdad
- Defraudar a los que confían en mí
- Hacer perder la inocencia a los niños
- Faltar a la justicia, principalmente en mi propio hogar
- Alegrarme del mal ajeno
- Impedir que mis hijos vivan su propia vida
- Tener miedo de actuar
- Ser mediocre
- Dar odio en vez de amor
- Pagar mal por bien
- Hacer leña del árbol caído
- Abusar de la gente
- Robar, no tan sólo dinero, sino honra, tiempo y prestigio

La lista podría ser interminable. Son "las pequeñas cosas" de nuestra vida diaria, a las que ya no damos importancia, porque estamos imbuidos en ellas y no nos darnos cuenta del valor que representan.
Me gustaría llegar al final del camino con las manos vacías, pero no por el hecho de no haber tenido nada en ellas, sino por haberlo dado todo. Sólo así podré mirar a la muerte sin miedo y decirle "No te temo. Te esperaba. Mira mis manos vacías, me deshice de todo lo pequeño que en ellas tenía, pero también compartí con otros y di todo lo bueno que en mí había. Mi trabajo está concluido. Espero aprobar el examen. Muero en paz.