Pasar al contenido principal

Tiempo ordinario

La aventura de la vida ordinaria

Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. Dicho popular 
Desde la fundación del Opus Dei, en 1928, San Josemaría Escrivá de Balaguer nos ha venido a recordar que el trabajo humano no es consecuencia del pecado original sino parte del plan de Dios para todo ser humano. El trabajo de cada día puede resultar novedoso si sabemos meter vida de fe y oración, y el trabajo más valioso será el que se haga con más amor de Dios. Decía el poeta que, en este mundo, todo será de acuerdo al cristal con que se mira.

Fidelidad a Dios

Los cristianos de la primera hora tenían un concepto altísimo de la dignidad de su llamada. Comprendían que es imposible ser cristiano de verdad y pactar al mismo tiempo con el pecado.

Un autor del siglo XVI, español, escribe: “Entre todas las cosas humanas, ninguna hay que con mayor acuerdo se deba tratar (...) que sobre la elección de vida que debemos seguir. Porque si en este punto se acierta, todo lo demás es acertado; y, por el contrario, si se yerra, casi todo lo demás irá errado”, escribe fray Luis de Granada (Guía de pecadores).