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Oraciones de petición

Enséñame, Oh Maria Auxiliadora

Enséñame, Oh Maria Auxiliadora

 

Enséñame, Oh María Auxiliadora,
a ser dulce y bueno en todos los
acontecimientos de mi vida; en los
desengaños, en el descuido de otros,
en la falta de sinceridad de aquellos
en quienes creí, en la deslealtad de
aquellos en quienes confié.

Ayúdame a olvidarme de mí mismo para
pensar en la felicidad de otros;
a ocultar mis pequeños sufrimientos
de tal modo que sea yo el único
que los padezca.

Virgen Santísima, ora por mi...

Virgen Santísima, ora por mi...
 

Señora Santa María,
Virgen Santísima,
mi abogada y refugio,
tu eres la más amable,
hermosa, amorosa y santa
de todas las creaturas...

Eres la predilecta de Dios
y la que más desea
verlo amado por todos sus hijos

Ora por mí, Madre Santísima,
Ora por mí, y obtenme la gracia
de amarlo siempre
con todo mi corazón.
Eso te pido y espero de tí.

Amén.

 

Oración para pedir la salud de un enfermo

Oración para pedir la salud de un enfermo 

 

Oh Niño Jesús, dueño de la vida y de la muerte, aunque indigno y pecador, me postro ante Ti para implorar la salud de (se nombra a la persona para quien se pide la gracia), a quien tanto amo.

La persona que te encomiendo sufre mucho, afligida por dolores, y no puede encontrar otra salida más que en tu omnipotencia, en la que pone todas sus esperanzas.

Oración del enfermo

Oración del enfermo

El don de la salud
no me acompaña, Señor,

y la tristeza ha invadido

mi corazón.

Quisiera unirme a Ti en el dolor,

descubrir su sentido redentor,

y en él, encontrar tu voluntad,

pero la debilidad de mi fe

no me lo permite

y siento desesperar.

Ayúdame para hacer

de este tiempo de enfermedad

un tiempo de cultivo de la fe,

de reencuentro contigo,

de meditación de tu Palabra,

de sacrificios en favor de los demás,

Oración de confianza ante la enfermedad

Oración de confianza ante la enfermedad

  

Señor Jesús, Te agradezco por el don de la vida.
Tú conoces las personas y las circunstancias que
me han formado ya sea física como emocional y
espiritualmente. Ellas, y las más íntimas experiencias
de mi mente y de mi corazón, me han hecho la persona
que soy ahora.

Perdóname, Señor, por todas las veces que te he
fallado, por mi fallos contra mi mismo y los demás.
Al mismo tiempo, perdono a todos los que me han
fallado de alguna manera y me han herido.