Tu llamada
Fue tu llamada, Señor, al corazón;
cerca del mar, con mi barca y poco más.
Seguiré escuchando hoy tu voz,
para mí: un gesto claro de amor.
Y TU MIRADA ME LLENó DE PAZ Y COMPRENDí
LO QUE ERA AMAR.
HOY TU LLAMADA VUELVE A RESONAR, SEÑOR
JESúS, Y ES CADA DíA LA FUERZA PARA ANDAR.