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Cordero de Dios

Oración de la unidad

Oración de la unidad

Tu gracia recibí, dulzura y luz
Yo nunca merecí tanto amor
mi vida renació, se iluminó
de la sombra pasé  a la luz.

Me abriste el corazón con tu perdón
mi pecho se inflamó en el ardor
con que tu gracia Señor, mi dolor curó
ya nunca tuve más temor.

Tardamos en captar el mensaje de amor
que Tú nos enseñaste en la cruz.
Dos mil años de error, veinte siglos de horror y la verdad triunfó.

Oh Sagrado Corazón

Oh Sagrado Corazón
           

Oh, Sagrado Corazón,
nuestros sueños, tómalos
danos fuerza, tu perdón,
Cristo en Ti confiamos.

Oh, Sagrado Corazón,
nuestros sueños, tómalos
danos fuerza, tu perdón,
Cristo en Ti confiamos.

Salmo 91

Tú que habitas al amparo del Altísimo.
A la sombra del todopoderoso
Dile al Señor, mi amparo, y mi refugio.
En Ti mi Dios, yo pongo mi confianza.

El te libra del lazo
Del cazador que busca destruirte
Y te cubre con sus alas
Y será su plumaje tu refugio.
No temerás los miedos de la noche
Ni la flecha disparada de día
Ni la peste que avanza en las tinieblas
Ni la plaga que azota a pleno sol.

No sabia

No sabía

Cuánto tiempo que vagué
sin saber a dónde ir
Ni siquiera en quién creer
no sabía, no sabía qué hacer.

No sabía que existía
un Dios a quien amar
No sabía que existía
un Dios en quien confiar.
Más al fin yo encontré
un amigo en quien creer.
Es Jesús amigo fiel
Junto a El eternamente viviré.

Pescador de hombres

Tu has venido a la orilla,
no has buscado ni a sabios ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.
 
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo has dicho mi nombre.
En la arena he dejado mi barca,
junto a Ti, buscaré otro mar.
 
Tú sabes bien lo que tengo,
en mi barca no hay oro ni espadas,
tan sólo redes y mi trabajo.
 
Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiere seguir amando.
 

No eres hombre del ayer

Hablar de ti no es fácil que me perdone el tiempo
tu voz era la miel tus ojos los de un siervo,
de manos delicadas, pero fuertes como el hierro.
Tú, pescador del mar agricultor de paz
minero que llegaste al interior de mi silencio.

Cristo, Cristo no eres hombre del ayer
eres fuerza que trae el amanecer.
Cristo, el Hijo, con el viento gritaré
soy mil voces que una sola puede ser.

Oración de San Ignacio

Tomad, Señor y recibid
toda mi libertad, mi memoria,
entendimiento y voluntad.
Tomad, Señor y recibid.
Vos me lo disteis,
a vos Señor lo torno,
todo es vuestro, disponed
conforme a vuestra voluntad.
Tomad, Señor y recibid.
Dadme vuestro amor y gracia,
que esto sólo me basta.
Tomad, Señor y recibid.

Peregrino de Emaús

¿Qué llevabas conversando?
Me dijiste, buen amigo,
y me detuve asombrado
a la vera del camino.
¿No sabes lo que ha pasado ayer en Jerusalén
a Jesús de Nazareth,
a quien clavaron en cruz?
Por eso me vuelvo en pena
a mi aldea de Emaús.

Por la calzada de Emaús,
un peregrino iba conmigo,
no le conocí al caminar,
ahora sí,
en la fracción del pan.