Tu voz de Madre aún se escucha, María
pidiendo el vino del amor
a tu hijo, el salvador,
ese vino que hoy está repartido,
por los lagares del mundo
en cada hombre que espera.
Ven hoy, María,
el Señor está contigo
y juntos nos queremos alegrar,
y que hoy el vino sea
la juventud del alma,
la luz de nuestro caminar.
Tú eres fuente de esperanza, María
la tierra fértil donde nace
la semilla de la paz,
que el eterno sembrador puso en ti.
Llama de amor y justicia, tu solidaridad.