Porque tuve hambre, porque tuve sed
y me diste pan, y agua de beber.
Porque anduve solo y me viniste a ver,
un poco de cielo pude conocer.
Porque andaba triste, cansado y con frío
y me diste alegre tu calor de amigo.
Porque me sanaste cuando estuve herido,
yo sentí en tus manos las de Jesucristo.
Yo te digo eres mi hermano,
tú porque supiste amar.
No es tiempo perdido
tiempo que se da,
no es tiempo perdido
tiempo que se da.
Porque al niño solo llevas a tu hogar
y pan de los hijos tú le sabes dar.
Porque a quien te ofende sabes perdonar,
la bondad de Dios me has hecho encontrar.
Porque con tus ojos suscitas lo bueno,
porque miras siempre mi mejor anhelo,
porque siempre escuchas mi clamor sincero, descubrí en tu rostro todo un mundo nuevo.
Yo te digo eres mi hermano,
tú porque supiste amar.
No es tiempo perdido
tiempo que se da,
no es tiempo perdido
tiempo que se da.