Señor, Dios, me tienes ante ti.
No son altivos mis ojos.
No. Yo no aceptaré la grandeza,
ni la vida que me aleje de tu amor.
Viviré en una paz tranquila,
como el niño en los brazos de su madre.
Esperaré siempre en mi Dios (Bis)
Israel espera en el Señor
desde ahora y por siempre (Bis)