Un día una niñita me paró,
mirándome a los ojos sonrío,
en manos con un lápiz y un papel,
tarea escolar para cumplir.
Me preguntó con una sonrisa
que es preciso para ser feliz
Amar como Jesús amó,
soñar como Jesús soñó,
pensar como Jesús pensó,
vivir como Jesús vivió.
Sentir como Jesús sentía,
sonreír como Jesús sonreía,
y al llegar al fin del día
se que dormiría mucho más feliz.
Oyendo lo que hablé, ella me miró
y dijo que era lindo lo que hablé,
pidió que repitiese por favor,
que no dijese todo de una vez.
De nuevo preguntó con gran sonrisa,
¿qué es preciso para ser feliz?
Después que terminé de repetir,
sus ojos no salían del papel,
su rostro contemplando, sonreí,
pedí que al trasmitirlo fuese fiel.
Y ella con una gran sonrisa
a mi lado fue diciendo así.