1.- Siento dentro de mi
un fuego que no se apaga,
y cada día que pasa
me devoran más sus llamas.
Siento dentro de mi
el latido de tu alma,
la sonrisa de tu rostro,
la caricia da tu gracia.
Eres tú que te metes en mi vida
sin pedir casi permiso,
sin dejarme otra salida,
eres Tu, el ladrón de mi agonía,
que me robas la tristeza
y me devuelves la vida.
2.- No contento con tu obra,
mientras en la cruz morías,
me llamaste por mi nombre
y me diste a María,
cuídala me suplicaste
que Ella cuidará de ti,
y en ese divino instante
a tu madre recibí.
Eres tú…
3.- Cuando al fin resucitaste
te hiciste el encontradizo
de mi cruel desconfianza
y mi amargo pesimismo,
tardo para comprenderte
tu me hiciste revivir
y mi corazón dormido
con el pan volvió a latir
Eres Tú, la razón de mi existencia
el recuerdo de mi olvido
el fin de mi indiferencia,
eres Tú, por quien muero y por quien vivo,
por quien siento lo que siento
por quien ando este camino.
Oh Jesús, llévame siempre contigo,
ya no importa mi pasado,
donde vas allí te sigo.