El señor es mi luz y mi salvación,
El señor es la defensa de mi vida,
Si el señor es mi luz y mi salvación
¿a quién temeré? ¿quién me hará temblar?
Una cosa pido al Señor, habitar por siempre en su casa
gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo santo.
No me escondas tu rostro Señor, buscaré todo el día tu rostro,
si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá.