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El señor de la historia

Nuestra historia es posible traducirla
en la huella sangrante de tus pasos,
en tu rostro, Señor, en tus heridas,
en un tronco, en las espinas, en tres clavos.

Porque en cada palabra que dijiste
y entre cada gesto que entregaste
y entre cada silencio que guardabas
ibas, Señor, cantándonos la vida.
 
Y es por ello posible lo imposible,
es posible esperar lo inesperado,
es posible creer en lo increíble,
es posible morir resucitando.
 
Y te esperan así los postergados
y te esperan los pobres y sencillos
y te esperan también los olvidados
y te esperan a lo largo de los siglos.
 
Porque vienen tus manos luminosas,
porque vienes Jesús resucitado.
porque vienes triunfando de las sombras,
porque todo en Ti se ha iluminado.

Y es por ello posible lo imposible,
es posible esperar lo inesperado,
es posible creer en lo increíble,
es posible morir resucitando.

Porque viene contigo la justicia,
la libertad de todos los cautivos
y en Ti tienen la paz los perseguidos
y tu luz y tu amor los humillados.

Y es por ello posible lo imposible,
es posible  morir resucitando.