No necesitas al médico,
a menos que te sientas mal,
ni tampoco a nosotros,
si todo te marcha bien.
Somos una comunidad de pecadores
harapientos y mendigos,
pero Cristo es nuestro amigo
y nos va enseñando el camino.
Nos han llamado mendigos profesionales,
sarta de supersticiosos,
por no avergonzarnos de nuestras convicciones,
y es que sabemos a donde vamos
y conocemos a quien servimos,
y la alegría que nos ha dado
con todos la compartimos.