Un verdadero cristiano ha de saber relativizar todo -trabajo, familia, política, negocios, prestigio etc.- y comprender, de una vez por todas, que DIOS ES EL ÙNICO ABSOLUTO DE SU VIDA.
He leído una frase del gran contemplativo y converso Charles de Foucold, que me ha impactado profundamente y que brindo a la consideración de cuantos me lean: ”Desde que descubrí que Dios existe, entendí que el único sentido de mi vida era vivir para él”. El sentido de la vida. He aquí la cuestión más importante que tenemos que solventar cada uno de los humanos. VIVIR DE CARA A DIOS O DE ESPALDAS A El, NO ES NI DA LO MISMO.
Nos estamos jugando en esta apuesta el todo por el todo. Es verdaderamente sabio y da pleno sentido a su vida,- aunque desconozca muchas cosas que parecen importantes, la persona que vive de cara a Dios, confiando en él, cumpliendo su voluntad y haciendo el mayor bien que puede a sus semejantes. Ese es el verdadero sabio.
Por el contrario, el que vive de espaldas a Dios -“como si no existiese”- centrado en su propio egoísmo y cerrado al amor de los demás, ese es un verdadero necio, que malogra el don de su propia vida.
Es absolutamente cierto que cada uno es libre de hacer en su vida y con su vida, lo que quiera, pero es igualmente cierto, que todos tendremos que responder -responsabilidad-de nuestros actos y de nuestra vida ante Dios.