Toda verdad para ser tal ha de ser completa y ésta como las monedas, siempre tiene dos caras que se complementan. Para apreciar su autenticidad, hay que fijarse en las dos. Si no lo hacemos corremos el riesgo de aceptar
monedas falsas o verdades a medias.
Es preciso que todos busquemos la verdad completa en todo lo que oigamos, leamos o hablemos. De ese modo "la verdad nos hará libres".
En el tema religioso se dan abundantes verdades a medias. Al oírlas o leerlas se precisaría su PERO correspondiente para no quedarse, como suele suceder, en MEDIAS VERDADES. Sin ánimo de ser exhaustivo enumero algunas, a título de ejemplo:
- "El cristiano ha de ser progresista"...Sí, pero también conservador de lo esencial.
-"Hay que cambiar las estructuras injustas"...Sí, pero también el propio corazón.
-"Es necesaria la oración comunitaria"... Sí, pero también la personal.
-"La fe es lo importante"...Sí, pero también las obras.
-"Lo importante en la Iglesia es evangelizar"...Sí, pero también sacramentalizar.
-"Hay que luchar por la libertad de todos".. Sí, pero también por la responsabilidad de todos.