Es bien conocido por todos la proliferación en estos tiempos de increencia y alejamiento de Dios, la fiebre que se ha despertado en la gente por probar toda clase de medios de adivinación. Tanto en medios escritos como orales y visuales se fomenta la propaganda de prácticas como el tarot, la adivinación, la consulta a echadoras de cartas, nigromantes etc..
Aunque está más que probado el engaño y falsedad de tales prácticas, basadas en la credulidad, en la mentira y en el lucro son muchas las personas que acuden a tales reclamos que nada positivo les aportan. Al revés, acusan falta de paz, de dinero. intranquilidad y hasta miedos. Y es que cuando se prescinde de Dios en la vida hay que suplir este vacío con extraños sucedáneos.
Para un cristiano y católico formado le resulta fácil acudir a la enseñanza de la Iglesia católica, a través del Catecismo (Nº 2116 y ss.) “Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satanás o a los demonios, la evocación de los muertos y otras prácticas que equivocadamente se suponen “desvelan”el porvenir”. Entran aquí la consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a “mediums”etc..Están en contradicción con el honor y el respeto ,mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.
Si no quieres perder la paz, el tiempo, el dinero y quizá algo más valioso, no acudas a tales medios que la Iglesia católica te señala como peligrosos. Llénate de Dios y serás feliz.