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Si me falta el amor, nada soy

Se ha elogiado hasta la saciedad la proclamación de la Palabra de Dios, en la Boda Real, por parte de la abuela paterna de la novia, ex locutora, Menchu Alvarez. Es justo y necesario. Máxime, si la comparamos con la que hacen algunos improvisados lectores de la Biblia en las celebraciones ordinarias.

Ahora bien, el precioso texto escogido por los contrayentes ( 1ª Cor 13-14 ) es un himno inigualable a la caridad. La generalidad de los novios que se casan por la Iglesia, lo eligen para su boda. Juzgo necesario hacer una precisión a este texto para no inducir al equívoco o al error a quienes lo proclaman o lo escuchan.

El apóstol Pablo se refiere en este escrito no al amor humano, por admirable que parezca, sino al amor sobrenatural o caridad, referido a Dios.

Desde esta perspectiva se entiende perfectamente su significado: “Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles...,ya podría tener el don de la predicación y conocer todos los secretos y todo el saber...,podría tener una fe como para mover montañas...,podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aún dejarme quemar vivo...si no tengo amor, de nada me sirve”.

Es evidente, según todos los interpretes, que Pablo se refiere aquí en este texto a tener o no tener el amor de Dios dentro y no sólo el amor sensible, humano o simple erotismo, aunque, naturalmente, no se excluyen y se complementan en los contrayentes.