Cristo Jesús es el espejo y paradigma universal, donde deberían mirarse todos los humanos. Se le llamó “Maestro” y sus lecciones permanecen tan actuales y atractivas como hace 20 siglos.
En el primer Jueves Santo de la historia, nos dejó la inolvidable lección del servicio al prójimo. Tras haber lavado los pies-¡menester propio de esclavos¡- a los 12, les dio la magistral lección. “¿Habéis entendido lo que hecho con vosotros?. Me llamáis Maestro y Señor , y decís bien porque lo soy. Pues si yo, siendo Maestro y Señor, os he lavado los pie, también debéis lavaros los pies unos a otros” (Jn 13,12-14).
Las palabras vuelan, los ejemplos permanecen. De aquí la perenne actualidad del Evangelio de Jesús, válido para todos los hombres, de cualquier condición, raza y lugar, de toda época y circunstancia.
Todo aquel que se precie de cristiano, no debe olvidar que el discípulo no puede ser más que el maestro.”El que quiera ser superior entre vosotros, hágase servidor de los demás, y quien sea el primero debe ser esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar la vida en rescate por muchos” ( Mc 10, 43-45).
Una aplicación universal, válida para todos los seguidores de Cristo, estén donde estén y ocupen el puesto que sea en la familia, vida o sociedad.
La postura de un político, de un médico, de un sacerdote, de un obrero , de una mujer , de cualquier cristiano etc, no puede ser otra que la de servir y no servirse de los demás. ¡Buena lección no sólo para el jueves santo, sino para todos los días del año¡.