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Propiedad en los vocablos

El uso correcto de los vocablos, no solo es un deber, que se presume en cualquier profesional de los medios, tanto orales como escritos, sino que es la mejor correa de transmisión de cultura y educación del público al que se dirige.

Dada la rapidez y prisas, en que la generalidad de la profesión periodística se desenvuelve, contra reloj, son escasos los escritores que cuidan este aspecto importante, contribuyendo, inconscientemente, al confusionismo popular.

He aquí, a modo de ejemplo, cómo titulaba un medio influyente en la opinión publica, el resultado de un experimento:”Cientificos de EEUU hibernan a un ratón durante seis horas y lo “resucitan”- El vocablo “resucitar”, en el presente caso, está usado impropiamente. Tendrían que haber empleado otros similares, más propios de la realidad que describían, como “resucitación”, “reavivación”, “revivir”, “volver a la vida”.En efecto.

Según enseña la teología, sólo se ha dado en la humanidad una resurrección, la de Cristo.(no volvió a morir). La de Lázaro, la del hijo de la viuda de Naín, la de la hija de Jairo, no fueron resurrecciones, sino reanimaciones = volvieron a morir. Cristo al tercer día vive ya una vida nueva, maravillosa, distinta de la anterior..

No es una nimiedad lo apuntado y mucho menos si lo aplicamos a personas creyentes, que proclaman creer en la resurrección de los muertos y en la vida eterna.