No han exagerado lo más mínimo los pastores de la Iglesia católica, ¡y no sólo ellos¡- cuando se han pronunciado unánimes y ciertamente alarmados, por la reforma prevista del Código Civil. Se pretende, de seguir adelante la aprobación del “matrimonio” gay en el Parlamento, la desprotección del matrimonio actual, (un hombre y una mujer).
Este matrimonio desaparecería en la Ley, para que así quepa todo. Cualquier unión de dos personas, como dos hermanos, un padre y un hijo, tres hombres etc serán “matrimonio”.
Nunca jamás en España, ni en el mundo, ha sucedido algo parecido.
España será el único país del mundo que legisle a favor de tales inauditos despropósitos. Tal aberración, aún sin grandes conocimientos legales, es rechazada por casi la unanimidad del pueblo español, que sabe usar muy bien su sentido común.
Al desafío que le han presentado, tanto el lobby gay, como el Gobierno socialista, ha respondido con toda contundencia, en la manifestación del 18 J, expresión corta y significativa del sentir general de los españoles.
No se puede ir en contra de la norma antropológica universal que desde siempre ha entendido por matrimonio la unión de un hombre y una mujer.
Si esto es un experimento “progresista” como parece, habrá que gritar por activa y por pasiva hasta que el Gobierno se entere, que los experimentos con gaseosa.