A veces las cosas más elementales, por obvias, se olvidan o se ignoran. En el conflicto secular de religiones monoteístas, sobre todo entre el islamismo y el cristianismo, es sabido que ambas pivotan sobre dos figuras históricas: Jesús de Nazaret y Mahoma.
Cualquier conocedor de la Historia de las religiones, tendrá que admitir, objetivamente, que no hay parangón posible entre ambas figuras. Hay una diferencia abismal entre la persona histórica de Jesucristo y la de Mahoma
Con el máximo respeto- como quiere el Papa, lo demanda el Concilio y lo exige la razón y el sentido común-habrá que tener gran consideración para con los seguidores-radicales o moderados- del Islam.
Aún más. Esto no empece que todos los cristianos, siguiendo el ejemplo de los apóstoles, de nuestros mártires y de la fe secular de la Iglesia, proclamemos valientemente, por todos los medios a nuestro alcance, que Jesús es “verdadero Dios y verdadero hombre”,que “murió y resucitó por la salvación de todos”.
Por otra parte, hay que tener presente que Mahoma jamás se proclamó, como Jesús, Hijo de Dios , igual al Padre y al Espíritu Santo. Es cierto que los mahometanos aceptan a Jesús como profeta, nacido de María virgen, pero no como Dios.
Esta es la diferencia radical entre ambas religiones. Jamás un verdadero cristiano se tiene que avergonzar de confesar en público o en privado que Jesús es el Hijo de Dios. Esta es la fe de la Iglesia que todos nos gloriamos de profesar con el pensamiento, los labios, el corazón y la propia vida. ¡ADORADO SEA JESUCRISTO¡