Es justo reconocer, en general, que casi todos los medios españoles, sin apenas distinción de colores e ideologías, tanto orales como escritos y visuales, han estado a la altura de las circunstancias, en las luctuosas jornadas de la enfermedad y del óbito de S.S, el papa Juan Pablo II.
Horas y más horas de transmisión desde la Plaza de S. Pedro y desde los más lejanos y variados lugares del globo, han llevado al ánimo de los españoles, en un impagable servicio, las noticias más recientes y los recuerdos más trascendentes del desaparecido pontífice.
Las mejores plumas, las personalidades más relevantes y los màs destacados comentaristas, conocedores de la realidad eclesial y vaticana, se han dado cita para acercar al ciudadano el histórico evento y ponerle en contacto con la singular personalidad de S.S. Juan Pablo II.
No se ha reparado en esfuerzos y gastos. Los magníficos extras publicados- como el de La Razón – ha constituido un hito destacado en el periodismo español y de seguro ha sido el mejor homenaje a Juan Pablo II y el mejor servicio a los lectores.
Cuando a veces se ha destacado la mediocridad, el sectarismo y la falta de objetividad de ciertos medios en el trato de la noticia religiosa, no cabe sino, en esta ocasión, elevar el elogio y agradecimiento unánimes por el buen hacer y profesionalidad de los periodistas españoles. MIGUEL RIVILLA SAN MARTÍN. Alcorcón.