No es lo mismo hablar de cristianos que de cristianos buenos. No me diga que qué más da. Que para ud. es lo mismo. Le respondo que aunque el matiz pueda resultarle baladí, en realidad no lo es. En efecto. Siempre que se habla de cristianos habría que concluir, por coherencia, que son o deberían ser buenos; pero la realidad es otra desgraciadamente, por lo que sería más propio hablar de buenos o malos cristianos.
Ahora bien : ¿Qué debe entenderse por cristiano?.He aquí la madre del cordero. Ante todo, para ser fiel a su etimología, cristiano, es el bautizado que cree en Cristo. Si además demuestra con sus obras y con su vida ser un coherente seguidor de Cristo, se le podrá tener por “buen” cristiano. Si el bautizado y creyente en Cristo no hace honor a su nombre, pues su vida y conducta dejan mucho que desear, habrá que concluir se trata de un “mal” cristiano.
Aquí es el caso de rezar la oración litúrgica de la Iglesia cuando dice:”Oh Dios que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados, para que vuelvan al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de tal nombre y cumplir cuanto con él se significa” .
En definitiva, todos los bautizados en Cristo, deberíamos esforzarnos por ser no sólo cristianos a secas o de nombre, sino cristianos buenos o, si lo prefiere, buenos cristianos.