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Libertad cristiana

Una de las más serias dificultades de los que se inician en el conocimiento de la Biblia es su interpretación. No pueden tomarse al pie de la letra, textos o pasajes cuyo hondo significado se escapan a la persona no instruida. En la Biblia encontramos relatos o recomendaciones, que precisan una recta y autorizada interpretación, por parte de los estudiosos, del Magisterio de la Iglesia, de los Padres apostólicos etc, para no caer en aberraciones, como se han dado a lo largo de los siglos, incluso dentro de la Iglesia.

Es el caso reciente de un joven salmantino, que se ha mutilado el pene y lo ha tirado por el retrete “con el fin de no pecar”.Auxiliado a tiempo, parece ser que ha salvado su vida antes de desangrarse.

Es notorio el caso del teólogo y exegeta cristiano, Orígenes (siglo II-III )que tomando al pie de la letra las recomendaciones del Evangelio, sobre el deber de evitar las ocasiones próximas de pecar, se mutiló sus genitales. Su actitud no sólo no fue ejemplar para nadie, sino que fue rechazado por la autoridad eclesiástica.

Una de las enseñanzas de Lutero, condenado por la Iglesia, fue la del “libre examen”, es decir, que al leer la Biblia, Dios inspira a cada lector el sentido de sus palabras, sin intervención de la Iglesia. La Biblia contiene- es cierto- la Palabra de Dios , pero viene envuelta en un ropaje literario o cultural, no siempre fácil; por eso no puede quedar al sentir de cada uno para no caer en contradicciones o en absurdos