Benedicto XVI ha anunciado una exposición pública en la primavera de 2010 de la Sábana Santa, el sudario en el que, según la tradición, fue envuelto el cuerpo de Cristo tras la crucifixión. Las dos exposiciones precedentes fueron en 1998 y en 2000, por indicación de Juan Pablo II.
El mismo Papa hizo el anuncio al recibir a un grupo de peregrinos de la arquidiócesis de Turín, asegurando que “será una ocasión sumamente propicia –estoy seguro– para contemplar ese misterioso rostro que silenciosamente habla al corazón de los humanos, invitándoles a reconocer en él, el rostro de Dios”.
Y añadió: “Si el Señor me da vida y salud, espero ir yo también” a visitarla. Escucharon el anuncio en el Aula Pablo VI del Vaticano 7 mil fieles turineses, acompañados por su Arzobispo, el Cardenal Severino Poletto.
El Sudario de Turín es un lienzo de lino rectangular, de 436 centímetros de largo y 110 de ancho. Sobre un mismo lado de la tela están impresas las huellas frontales y dorsales de un hombre muerto, después de haber sido crucificado.
Su carácter científico comenzó a ser estudiado a partir de 1898, cuando un fotógrafo turinés comprobó que el negativo de las imágenes representa el cuerpo y la cara de un hombre crucificado, según contaban los evangelios.
En 1989 fue sometida a la prueba del carbono 14, estableciéndose que era un tejido de entre 1260 y 1390. Expertos de prestigio científico han criticado aquellos exámenes por considerar que no tuvieron el rigor necesario.
Al visitar la Sábana Santa en la Catedral de Turín, el 24 de mayo de 1998, Juan Pablo II explicó que el lienzo constituye un “reto a la inteligencia” por la extraordinaria crónica visual que ofrece de la Pasión de Cristo.
“Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre esas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo que, según la tradición, envolvió el cuerpo de nuestro Redentor cuando fue depuesto de la cruz”, dijo el fallecido Papa en esa ocasión (Juan Pablo II, 24 de mayo de 1998).
¿Es auténtico el lienzo de la Sábana Santa? ¿Acaso es sólo un falso piadoso cuya leyenda arranca de la Edad Media? Las interrogantes se entrecruzan. ¿Dónde queda la verdad? Para empezar, los expertos encargados del estudio del lienzo en el que se dice fue envuelto Cristo antes de ser sepultado, se muestran preocupados por el deterioro del tejido y la necesidad de su conservación.
¿De qué época es el lienzo?
En 1989, un laboratorio estadounidense aplicó la prueba del carbono 14 y junto con otros dos laboratorios de pruebas, certificó que el tejido de la Sábana Santa era de la época medieval, en abierta contradicción con la tradición en torno a la relación del lino en forma directa con la figura humano-divina de Cristo.
Posteriormente, un equipo ruso descalificó la prueba. Según Dimitri Kuznetsov, el lienzo en realidad es del siglo I, si se aceptan otras pruebas y análisis como válidos, en lugar de la simple y fría prueba del carbono 14. Los técnicos que realizaron tal experimento no tuvieron en cuenta que analizaban fragmentos medievales adheridos a la sábana, en una de tantas restauraciones y, en especial, debido a un incendio parcial que afectó al lienzo que protegiera el cuerpo de Cristo al ser bajado de la cruz. La tela de lino presenta, en negativo, la doble imagen de una figura humana.
Las investigaciones científicas comenzaron en 1988, cuando un negativo fotográfico reveló una imagen mucho más nítida y visible que el positivo. Desde entonces se han hecho todo tipo de investigaciones, en las especialidades más variadas: anatómica, médica, química, física, etcétera.
Los investigadores del laboratorio Sedov de Moscú, disienten de las conclusiones de sus colegas estadounidenses, según las cuales, gracias a una técnica de radiocarbono, la estructura del sudario no procedía más allá de los años 1260 y tal vez hasta más reciente, en 1390.
Pero el profesor Kuznetzov sostiene que un incendio en el siglo XVI alteró la estructura química del paño, haciendo creer a los expertos que se trataba de una falsificación de la Edad Media. En realidad, declaran los expertos de Moscú, la edad del sudario data del siglo I.
Según Kuznetzov, la tela fue dañada parcialmente por las llamas en 1532, cuando estaba custodiada en Chambery, Saboya. La combustión provocó la incorporación de cantidades notables de carbono 13 y carbono 14 en las fibras de celulosa. Y fue precisamente a estos dos elementos químicos a los que se les fijó una fecha con el radiocarbono, lo que provocó el error de los anteriores analistas.
Grazia Siliato
Siguiendo más su inspiración cristiana y de fe, Grazia Siliato, presidenta de la Sociedad de Arqueología y Antigüedad Clásica y Paleocristiana de Roma, la fecha del lienzo que se coloca en la Edad Media puede deberse a que las piezas cortadas eran de la parte más restaurada, como lo demuestra su gran peso, casi el doble respecto al resto, al estar formado por hilos de lino más recientes que los realizados en el siglo I, cuando Cristo vivió.
Sin embargo, desconoce los estudios realizados por Kuznetzov, debido a que cuando se le enviaron, eran demasiado técnicos y con un prolegómeno sobre las distintas telas sudario aparecidas a lo largo de la historia, por lo que consideró que “era poco serio” y, sobre todo, “muy poco cristiano.”
Más grave que determinar su autenticidad
El problema de la conservación es mucho más grave que el de la autenticidad, porque el deterioro en que se encuentra es avanzado, y por ello es determinante. Si se destruye, ya no podrá ser objeto de estudios y se llevará consigo el misterio de la formación de la figura humana que quedó plasmada en el lino.
Por lo demás, desde que se iniciaron los estudios de “autenticidad”, por órdenes expresas del Cardenal de Turín, el lienzo ha entrado en una especie de espiral de deterioro, como mostrando que si los cristianos encargados de custodiarlo ya no tienen fe en el milagro, no vale más la pena arrojar perlas a los cerdos.
En la ciudad de Turín existen varios prodigios, no sólo de lienzos, sino de vivencias, en especial la ciudad que fundara el beato Cotolengo. Ésta agrupa a cerca de 20 congregaciones religiosas dedicadas a la asistencia de los menesterosos, que deben arrojar por la ventana al terminar el día, literalmente, todo el dinero que les sobre para esperar sólo de la Providencia el diario sustento... Y ¡jamás se han quedado sin alimentar miles y miles de personas de la ciudad santa de Cotolengo! Pero es que todos tienen fe en la obra de Dios.
Por el contrario, el ordinario que ordenara el estudio, tenía dudas, al igual que otros “notables”, por lo que el milagro del lienzo parece haber entrado en un claro mensaje contra los que dudan.
Bajo luz y condiciones especiales
La Sábana Santa debe permanecer en condiciones de luz y de atmósfera adecuadamente controladas, libre de otros materiales adheridos, y visible por encima y por abajo, en un ambiente similar al creado por la cibernética para la Capilla Sixtina.
Para el dignatario que dudara y ahora rehúsa el problema de la conservación, no existe ningún peligro de deterioro, ni de empeoramiento para los tejidos del Santo Sudario, el cual, afirma, está en perfecto estado.
Y tras conocerse las conclusiones de los expertos rusos, Giovanni Saldarini, Obispo a cuya custodia se encuentra la reliquia, manifiesta:
“Consideramos que la autenticidad jamás ha estado en duda y por ello ya no expondremos a nuevas pruebas a la sagrada reliquia, porque la mayor prueba de su procedencia es ella misma, porque así lo ha querido Cristo, plasmado en el lienzo”.