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La revelación de la oración

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CUARTA PARTE
LA ORACIÓN CRISTIANA

PRIMERA SECCIÓN 
LA ORACIÓN EN LA VIDA CRISTIANA

CAPÍTULO PRIMERO
LA REVELACIÓN DE LA ORACIÓN

La llamada universal a la oración

2566 El hombre busca a Dios. Por la creación Dios llama a todo ser desde la
nada a la existencia. "Coronado de gloria y esplendor" (Sal 8, 6), el
hombre es, después de los ángeles, capaz de reconocer "¡qué glorioso es
el Nombre del Señor por toda la tierra!" (Sal 8, 2). Incluso después de
haber perdido, por su pecado, su semejanza con Dios, el hombre sigue siendo
imagen de su Creador. Conserva el deseo de Aquél que le llama a la existencia.
Todas las religiones dan testimonio de esta búsqueda esencial de los hombres
(cf Hch. 17, 27).

2567 Dios es quien primero llama al hombre. Olvide el hombre a s u Creador o
se esconda lejos de su Faz, corra detrás de sus ídolos o acuse a la divinidad
de haberlo abandonado, el Dios vivo y verdadero llama incansablemente a cada
persona al encuentro misterioso de la oración. Esta iniciativa de amor del Dios
fiel es siempre lo primero en la oración, el caminar del hombre es siempre una
respuesta. A medida que Dios se revela, y revela al hombre a sí mismo, la
oración aparece como un llamamiento recíproco, un hondo acontecimiento de
Alianza. A través de palabras y de actos, tiene lugar un trance que compromete
el corazón humano. Este se revela a través de toda la historia de la
salvación.