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La luz de Occidente

Cómo la Iglesia salvó al Imperio Romano: Los cristianos elevaron la posición de la mujer, no exponían a sus bebés, no se divorciaban de sus esposas, evitaban las prácticas sexuales que pudieran ponerlos a ellos o a sus esposas en peligro, honraban a las mujeres testigos de la fe. El matrimonio se convierte, no en una institución para la gratificación, sino para la humildad mutua.

También mitigaron las crueldades de los paganos, no participaban en los sangrientos espectáculos de la arena, no cosían a puñaladas a las prostitutas que tenían enfermedades, suavizaron el esclavismo, incluso vendiéndose a sí mismos como esclavos para liberar a otros.

Asumieron la responsabilidad cívica, ya que desarrollaron redes de apoyo para cuidar de los enfermos, viudas y huérfanos. No ignoraron la miseria de aquellos que sufren de hambre, sed y desnudez. La preocupación por los pobres es parte integral de nuestra cultura moderna gracias la cristianismo.

La Edad Media: la Edad de la Luz

Un mito falso: Los libros de texto, basados en el odio ilustrado contra la cristiandad, afirman que la Edad Media era oscura. Sin embargo, durante la Edad Media, Europa disfrutó de una de las culturas más florecientes jamás vistas en el mundo, y ello porque vivían en un mundo redimido del pecado, en el cual el Salvador había triunfado sobre la oscuridad y la muerte. Amaban el mundo, disfrutaban de la libertad de la esperanza. La esclavitud desapareció. En la Edad Media había más igualdad de vida, menos diferencias entre ricos y pobres de lo que pensamos. Y no se podía ser un solitario: uno pertenecía a una familia, un pueblo, un gremio, una Iglesia, siempre rodeado de gente. Hoy su vitalidad nos pondría de los nervios, tendríamos que frotarnos los ojos para acostumbrarnos a la luz. Una gran vitalidad artística, intelectual y social: Los hombres de la edad Media no construyeron las catedrales para que fueran pequeñas, oscuras y macabras estructuras que reflejaran su miedo y su ignorancia. Son las obras más espléndidas que adornan la tierra. La belleza del mundo no es rechazada, sino que es guiada hacia la belleza del Cielo. La luz llama a la luz. Fue la fe la que engendró esa energía.

El saludable apetito intelectual explica por qué los hombres de la Edad Media inventaron lo que todavía llamamos Universidad, pero lo que nosotros llamamos así haría ruborizar a aquellos escolásticos. Fueron siglos de estupendos logros culturales. La música moderna nace con el canto gregoriano; nace la sociedad comercial, el sistema bancario internacional, el crédito y la contabilidad moderna; los artesanos forman gremios para proteger sus negocios.

Hubo un momento, hace mil años, en que España construyó una de las columnas vertebrales de Europa: el Camino de Santiago, una de las grandes aportaciones a la cultura europea.

La Reconquista

España, valladar contra el Islam: España ha sido el único país conquistado por el Islam medieval que pudo recobrar su independencia. De todos modos, no es verdad que los musulmanes estuvieran en España ocho siglos: la frontera bajó al Duero en el siglo X, al Sistema Central en el XII, y a Sierra Morena en el XIII. El proceso completo de la Reconquista llevaría muchos siglos, pero, en sólo doscientos años, casi la mitad de la península era ya cristiana. Fue una aventura fantástica, en la que gentes libres y valientes, campesinos, soldados y monjes, ganaban nuevas tierras como en una suerte de misión, porque sentían que España se había perdido y había que recuperarla.

El mito de las tres culturas: Se habla de la convivencia supuestamente pacífica de musulmanes, judíos y cristianos, y no falta quien atribuye este milagro de convivencia a la tolerancia del poder islámico. Esto es enteramente falso. Las famosas tres culturas nunca convivieron en pie de igualdad, sino que siempre hubo una cultura hegemónica que mandó sobre las otras, y donde mayor fue esa convivencia jerarquizada no fue en la España islámica, sino en la cristiana. Hubo convivencia, pero nunca en plano de igualdad. En Al-Ándalus, cuando no hubo persecución expresa contra judíos y cristianos, hubo un estado de sumisión manifiesta de estas comunidades.

España, la sociedad más moderna de su épocaCatedral de LeónLa idea de los derechos humanos nació en España: En 1550, Carlos I tomó la decisión de detener la conquista hasta tener la certidumbre de que se estaba obrando en justicia. Para ello, sometió la cuestión a una junta de sabios, en lo que se conoce como la Controversia de Valladolid. La Escuela de Salamanca, con Francisco de Vitoria a la cabeza, fundó el Derecho internacional moderno, sentando las bases del Derecho de gentes, el precedente de la idea moderna de los derechos humanos: los indios no son seres inferiores, sino que poseen los mismos derechos que los demás hombres y son dueños de sus vidas y de sus tierras.

La Inquisición: Si intentamos comprender el pasado con conceptos del presente, no entenderemos el presente ni el pasado. En la España del Renacimiento, la Inquisición se establece con el fin de combatir las prácticas judaizantes de los conversos, para lograr el imperativo político de la época: crear una sociedad homogénea y pacificada. La Inquisición fue intolerante, porque en el siglo XVI todo el mundo era intolerante, y no sólo España. Pero España fue el país de Europa que menos brujas quemó, y ello es precisamente gracias al celo jurídico de la Inquisición para estudiar los sumarios y documentar las acusaciones.

Leyenda negra en América: Los españoles cometimos abusos en América, pero las tres imputaciones de la leyenda negra -genocidio, esclavitud e Inquisición- son falsas. Hoy sabemos que una gran mayoría de muertos fueron causados por virus, algo que ningún español podía conocer. Los españoles no podían esclavizar a los indios: la reina Isabel lo prohibió en su Testamento, y Carlos I lo subrayó en las Leyes de Indias. La leyenda española en América es falsa, los españoles debemos saber la verdad.Occidente:

Nuestro pasado es nuestro futuro

Hay unas bases sin las cuales la civilización occidental es inconcebible. Para nosotros, es el Mesías, o no es nada. Solamente Aquel que ama puede concedernos la fuerza para buscar el bien. La civilización occidental no puede cerrase en sí misma sin que perezca. Si los pueblos de Occidente empiezan a creer que lo que importa es solamente lo material, terminarán desprendiéndose de toda su herencia. Si Europa continúa por el camino del laicismo y Norteamérica sigue sus pasos, ese camino no les conducirá a una edad de la razón, sino a otra demasiado familiar: la edad de Lenin y Stalin, o bien otra edad de Mahoma.

Pero al final yo creo que Occidente no se suicidará así. La Historia demuestra que la Humanidad no soporta presiones de esta índole. Tengo la esperanza de que revivirá, es la única civilización que se ha fundado en la esperanza, y tiene la palabra de Aquel que siempre cumple sus promesas. Pags. 262-263El origen de la versión oficial: Mayo del 68

La izquierda antiespañola

Don José Javier Esparza es autor, junto a Anthony Esolen, de la parte española del libro Guía políticamente incorrecta de la civilización occidental. Así responde a Alfa y Omega acerca del origen de las modernas leyendas negras sobre el cristianismo y la tradición:

¿Quiénes son los autores de lo políticamente correcto, de la versión oficial acerca de nuestra historia?

Lo políticamente correcto es la doctrina oficial implantada en Occidente, particularmente en Europa, sobre todo después de mayo del 68. Éste es el momento en el que toda la cultura occidental parece descubrirse a sí misma como una enorme abominación que debe ser destruida. Incapaz de darse respuestas, lo que hace es maldecirse. A partir de ese momento, hemos asistido a un proceso realmente extraordinario en el que todo lo bueno que tiene nuestra civilización ha sido negado y ocultado, para subrayar sólo aspectos negativos que, por otra parte, con mucha frecuencia son inventados. Esto ha creado una situación cultural suicida, porque nadie puede vivir en la convicción de que todo lo ha hecho mal.

En España, a finales de los años sesenta, cuando la izquierda empezó a apoderarse del poder cultural, en la Universidad y en la edición, empezó a difundirse esta manera de pensar, tanto en el plano de la Historia como en el de la sociología, y muy particularmente en lo que se refiere a nuestra historia nacional. También hay razones políticas que han estimulado este proceso: por un lado, la democracia pensó que, para justificarse, era preciso vituperar el discurso nacionalista del régimen anterior, y consideró que la abominación de España y de lo español tenía que formar parte del espíritu democrático, lo cual es una estupidez. Simultáneamente, el hecho de que, en muchas regiones españolas, los partidos nacionalistas se convirtieron en el único poder en la práctica y se les dejó el campo libre para imponer una reconstrucción de la cultura y de la Historia, de carácter deliberadamente antiespañol.Llevamos casi 25 años de leyes de enseñanza socialistas. ¿Esto ha influido para mantener esta percepción torcida de la Historia?

A mí me parece que sí. Es ilustrativo el hecho de que, cuando se ha intentado hacer una reforma educativa que preservara unos contenidos mínimos en todas las Comunidades, sistemáticamente el bloque socialista y nacionalista se opuso con saña. El resultado es que hoy, en nuestras escuelas, los niños lo ignoran prácticamente todo sobre el Descubrimiento de América -ya no te digo sobre la evangelización-, y la versión oficial es profundamente negativa. ¿Qué le parece este desinterés por las Humanidades y por la Historia, que reflejan los planes de estudio?

Es curioso, pero los libros que más está demandando la gente, y los que más se venden en la Feria del Libro, son precisamente éstos. La gente tiene interés por rescatar su Historia y por rescatar su identidad. La gente quiere saber. Lo que es tremendo es la obcecación oficial en negar el acceso a este conocimiento.