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Jesús, el Mesías. Bautismo y predicación

La Encarnación como instante fundamental en la Historia de la Salvación, tiene dos dimensiones, según la Redemptor Hominis: una dimensión divina y otra humana. Dios se hace hombre y así devela el rostro de Dios, que no es sólo Juez, sino antes que nada, Padre. Mediante esa realidad Dios se abaja al hombre con amor eterno, lo transforma y lo hace una criatura nueva. En ese momento se hace realidad el amor de misericordia. "El misterio de la Encarnación del Hijo de Dios –señaló el Papa Juan Pablo II- centro del cosmos y de la historia, constituye el verdadero horizonte del ser y del actuar del hombre. A los interrogantes religiosos y morales de la humanidad, Jesucristo no sólo da una respuesta sabia, sino que Él en persona se pone como respuesta decisiva, porque en su misterio de Verbo Encarnado encuentra luz verdadera el misterio de la persona humana (...). En el misterio pascual y en el misterio de nuestra adopción filial, surge, de hecho, en todo su esplendor la dignidad originaria de la humanidad". La referencia frontal de la moral cristiana "no es la cultura del hombre", sino el "proyecto de Dios", subraya Juan Pablo II, en el décimo aniversario de la Encíclica Veritatis Splendor. En la Biblia hebrea aparece muchas veces la palabra natán que quiere decir dar. Dios nos da el cielo, la tierra, el agua, los dones naturales y sobrenaturales, pero eso no le basta y luego se da a sí mismo. Dios hace una serie de promesas, promete una tierra prometida y lo que da es el Cielo, promete un Mesías, y las expectativas es que será un hombre de la casa de David al estilo de David, y da más. Dios cumple más de lo que promete, a diferencia de los políticos; pero estos no lo dan porque no pueden. La Dives in Misericordia presenta, en el capítulo 1, el amor de misericordia, y dice que "Jesucristo es la encarnación de ese amor de misericordia". Juan Pablo II escribe que el amor se revela en la Encarnación, y, encarnándose, se hace historia; Dios camina junto al hombre. Dios no sólo se acerca sino que entra en la Historia de lleno.La única persona preanunciada    A diferencia de Mahoma, Buda, Confucio, Lao-tse y millares de otros, la única persona preanunciada fue Cristo. Hay testimonios de ello en los profetas del Antiguo Testamento y en el mundo pagano. Hablando de los antiguos romanos, Tácito escribe: "basándose en antiguas profecías, la gente sabe que el Oriente había de prevalecer, y de que de Judea había de venir el Dueño y Soberano del mundo". Esquilo, griego, en su Prometeo, seis siglos antes de su venida, escribió: "No esperes que llegue un fin para esta maldición, hasta que venga Dios para tomar sobre su cabeza los dolores de tus propios pecados, a modo de expiación".
1 El Jueves Santo del año 1983. 2 Cicerón refiere dichos de los oráculos y de las sibilas, y pregunta: "¿Hacia qué hombre y hacia qué periodo de tiempo señalan las predicciones?". La IV égloga2 de Virgilio refería la misma tradición, y hablaba de una "mujer casta, que sonríe a su hijito, con el cual la edad de hierro desaparecerá".
Suetonio citó a un autor contemporáneo para indicar que los romanos tenían tanto miedo a un rey que había de gobernar el mundo que mandaron matar a todos los niños nacidos aquel año. Y esta fue una orden que sólo Herodes obedeció3.
El rechazo que los judíos hacen de Jesús no es nuevo, está en Isaías.
San José: En otro tiempo Dios había confiado al patriarca José la administración de los graneros de Egipto, ahora el granero que encerraba la cosecha de la salvación habría de ser confiado a su guardia paternal (p. 173-174). Cuenta la tradición que a los 14 años le fue anunciado a la Virgen María que debía abandonar el Templo para casarse. Se enviaron mensajes a todas las regiones del país convocando a los hombres de la raza de David que no estaban casados. Se presentaron y el Sumo Sacerdote, obedeciendo a un impulso interior, presentó unas ramas a los asistentes, ordenando que cada uno de ellos marcara con su nombre su vara y la tuviera en la mano durante la oración y el sacrificio. Luego las varas fueron tomadas y colocadas en un altar delante del Santo de los Santos. Después de un tiempo les fueron devueltas las varas anunciándoles que ninguno de ellos había sido designado por Dios para ser esposo de aquella Virgen.
Los sacerdotes del Templo buscaron en los registros de las familias si quedaba algún descendiente de la familia de David que no hubiese sido llamado. Desde la cautividad de Babilonia, por lo menos, se guardaban en el Templo registros genealógicos exactos. Hallaron la indicación de seis hermanos que habitaban en Belén, era la familia de José, lo buscaron. José acudió a Jerusalén y se presentó en el Templo. Le pusieron una vara en la mano, y en el momento en el que él se disponía a dejarla sobre el altar, delante del Santo de los Santos, brotó de la vara una flor blanca, semejante a una azucena. Así se supo que éste era el hombre designado por Dios para ser el prometido de María 4.
Censo
César Augusto, el mayor burócrata del mundo, se hallaba en su palacio cerca del Tíber, y decreta un censo. El lugar adecuado para que naciera era Belén (Bethlehem), que significa "casa de pan". Dirigiéndose María y José, a Belén para el censo, de acuerdo con las disposiciones emanadas por la autoridad legítima, José, respecto al niño, cumplió la tarea importante y significativa de inscribir oficialmente el nombre "Jesús, hijo de José de Nazaret" (cf. Juan 1,45) en el registro del Imperio. Esta inscripción manifiesta la pertenencia de Jesús al género humano, hombre entre los hombres, ciudadano de este mundo, sujeto a las leyes e instituciones civiles, pero también "salvador del mundo"5.
En el momento en que María pronunció la palabra fiat, hágase, sucedió algo más grande que el fiat lux (hágase la luz) de la creación.
La Encarnación del Hijo hay que entenderla en el marco de una creación de Dios en el seno de Santa María6. "El Verbo se hizo carne"7. La naturaleza divina, que era pura y santa, entró como principio renovador en la línea corrompida de la raza de Adán.
Jesucristo es el enigma más grande de la historia. Las conclusiones sobre Jesús dependerán a que se acepte o no la posibilidad de que la intervención de Dios en la historia8.
La venida de Cristo ha sido preparada, esperada largamente y llega inesperadamente. No hay plenitud mayor en la Historia que el momento en el que el Hijo se hace temporal. La fe cristiana da al hombre una visión nueva de la sacralidad del tiempo9.
De la misma manera que la caída del hombre fue un acto libre, así también la redención había de ser libre. La anunciación fue la petición que Dios hizo a una criatura para que le diera su libre consentimiento de ayudarle a incorporarse a la humanidad. Sheen dice: Supongamos que en una orquesta un músico produce una nota desafinada. La nota falsa sigue viajando por el espacio a muchos metros por segundo, y en tanto continúe habrá una disonancia en el universo ¿Existe algún medio para restablecer en el mundo la armonía? Sólo puede hacerlo alguien que venga de la eternidad y detenga la nota en su rápida carrera. La falta de armonía sólo puede destruirse de una manera. Si aquella nota se convierte en la primera nota de una nueva melodía.
Esto fue precisamente lo que ocurrió con el nacimiento de Jesucristo. Se había producido una nota falsa de disonancia moral universal. Dios pidió entonces a una mujer que le diera una naturaleza humana, con la cual el iniciaría una nueva humanidad. Así como había una vieja humanidad en Adán; habría una nueva en Cristo.
"En el principio era el Verbo" dice San Juan. Todo lo que hay, ha sido hecho conforme al pensamiento de Dios. La Palabra de Dios se nos revela como algo personal. La inteligencia finita necesita muchas palabras para expresar ideas; pero Dios habla una vez por todas consigo mismo, una sola Palabra que alcanza el abismo de todas las cosas que son conocidas y pueden ser conocidas. En esa Palabra de Dios se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría, todos los secretos de las ciencias, todas las formas de las artes, todo el saber de la humanidad. Pero este saber, comparado con la Palabra, es solamente la sílaba más insignificante10.
Nacimiento en Belén
San José se hallaba lleno de esperanzas cuando entró en la ciudad de su familia, y estaba convencido de que encontraría un albergue para María, pero no hubo posada. "Cuando el libro de la historia esté completo hasta la última palabra en lo temporal, la línea más triste de todas será la siguiente: No había sitio para ellos"11. ¿Sería posible que el Creador no encontrara un hogar en la creación? El Creador viene en medio de sus criaturas para ser ignorado de ellas. El Hijo de Dios hecho hombre entró en su propio mundo por la puerta trasera. Aceptó el pesebre porque no había lugar en la posada; aceptó la cruz porque la gente decía "No queremos por rey a este hombre". Ya entonces llevaba su cruz, la única cruz que un recién nacido podía llevar, una cruz de pobreza, de destierro y limitación12. En Belén, el divino Hijo se eclipsó.
"Nos ha nacido un Niño, nos ha sido dado un hijo"13. Con Él amaneció una nueva era, en Él el mundo fue recreado, en Él fue ofrecida una vida nueva a la humanidad14.
Sólo dos clases de personas encontraron al Niño; los pastores y los magos; los sencillos y los doctos; los que no saben nada y los que saben que no lo saben todo. Sólo los humildes pueden encontrar a Dios. "Belén es el trasunto del Calvario, tal como el copo de nieve lo es del universo" (Caryll Houselander).
De todos los niños que vienen al mundo se dice que parecen a su padre o madre. Ésta fue la primera vez que hubiera podido decirse que la madre se parecía al Hijo. Tal es la hermosa paradoja del Hijo que hizo a su propia madre. Fue también la primera vez en la historia en que alguien pudo haber pensado que el cielo se encontraba cerca: Cuando el Niño se hallaba en sus brazos, María, con sólo bajar la cabeza, podía contemplar el cielo.
Ninguna mente mundana podría haber sospechado jamás que aquel que hizo al sol necesitara que lo arroparan; que la eterna Palabra estaría muda; que la omnipotencia se vería envuelta en pañales... nadie habría sospechado que al venir Dios a esta tierra se hallara hasta tal punto desvalido. Y ésta es la razón por la que muchos no quieren creer en Él. Escribe Dietrich von Hildebrand: "Que Cristo nos ama es el secreto, el secreto más íntimo de cada alma. Es la realidad más inconcebible; es una realidad que cambiaría completamente la vida de cualquiera que se diera cuenta de ello plenamente. Pero para darse cuenta de ello no basta un conocimiento meramente teórico, sino una vivencia de este amor similar de la que se tiene del amor de la persona amada. E implica también la conciencia del carácter incomparable y único de este amor divino, su modo de ser absolutamente nuevo y misterioso, y su inefable santidad"15.
Es admirable la creación del hombre, y la dignidad que le otorga Dios al establecerlo a imagen y semejanza suya como gobernador de lo creado, pero más admirable es la obra de Dios al «re-formar» su obra -entiéndase «reformar» en su sentido etimológico: volv. La creación, tan bella y gran- diosa como es, no se consuma hasta la Encarnación del Verbo16.
Los expertos afirman que se puede entender más al Verbo Encarnado si se ha sufrido por él; pero nadie lo ha entendido en plenitud excepo la Virgen María. Fulton Sheen dice: "El saber proviene de los libros; la penetración de un misterio proviene del sufrimiento"17.
"Hija, no sabes cuántos padecimientos sufrimos con mi esposo José. Tan pobres de amigos y de abrigos para cobijarnos, sólo nos acompañaba la intemperie y luego, ese establo que se convirtió en cuna para mi hijo y asilo para nosotros. Esa noche, que se perfilaba triste y silenciosa, fue para José y para mí, la más hermosa, también lo sería para el mundo, ya que ahí nacía el Salvador de los hombres, el Justo entre los justos y el Señor por sobre todo. Ora mi querida hija, para que el mundo lo conozca, porque a pesar de todo, de los siglos, no es conocido el Señor y mientras esto no ocurra, padecerá el hombre. Triste fin se procura éste, siendo que Dios tiene reservado para el cristiano, un hermoso despertar, un comienzo de vida nueva con Cristo y en Cristo. Alabado siempre sea el Señor"18.
Cristo escogió nacer a la insignificante Belén; la ridiculizada Nazaret para su juventud; pero la gloriosa, la cosmopolita Jerusalén, para la ignominia de muerte. Nazaret se hallaba en Galilea, y toda la Galilea era una región despreciada por la gente de Judea, más culta. El dialecto galileo se consideraba rudo y poco armonioso19.
Jesús aprendió el arameo de sus padres, y sin duda también la lengua litúrgica de los hebreos. Muy probablemente también el griego, ya que esta lengua se hablaba bastante en Galilea.
Martín Descalzo dice: Cristo entró en la raza humana tal como la raza humana es, puso un pórtico de pureza total en el penúltimo escalón –su madre Inmaculada- pero aceptó, en todo el resto de su progenie, la realidad humana total que él venía a salvar. Dios, que escribe con renglones torcidos, entró por caminos torcidos, por los caminos de la humanidad.
El nombre "Jesús"
Jesús es Dios con nosotros; el nombre y la persona hablan de que Dios está con nosotros. Él es la ayuda divina; Él es la protección de Dios. El Ángel le dice a José: Le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará de los pecados (no del Impero Romano). La salvación que se promete con el nombre de "Jesús" no es una salvación social, sino espiritual. No habría de salvar necesariamente a la gente de la pobreza, sino del pecado. Destruir el pecado es arrancar las raíces de la pobreza20. Muchos pensaban que el Mesías vendría a salvarlos de la tiranía del césar, pero la misión de Él era salvarlos de una tiranía mucho más grande, la del pecado.
La vida de Jesucristo sobre la tierra supone un cambio esencial en la constitución del mundo, y por tanto en la historia de los hombres. Se percibe que si Jesucristo es Dios y toma forma humana, eso significa ya que Dios, en cierto modo, se hace historia humana, y por tanto que la historia del hombre tiene unas dimensiones insospechadas.
El Bautismo
El Bautismo de Jesús en el Jordán supone el comienzo de su vida pública. Por una parte, acudiendo al bautismo de Juan, Jesús, aun cuando no tenía necesidad de un bautismo de penitencia, manifiesta que también Él secunda el plan dispuesto por Dios de preparar a su pueblo por medio de los profetas. De este modo Jesús cumple «toda justicia», es decir todo lo establecido por Dios. El propósito de su bautismo era identificarse con la humanidad pecadora. Isaías había profetizado que sería "contado con los transgresores". Era el representante de la humanidad pecadora, aunque Él mismo era sin pecado.
Pero, sobre todo, los relatos evangélicos muestran que el verdadero Bautismo que recibe Jesús es el descenso sobre Él del Espíritu Santo que le unge para la misión que va a comenzar. Si en el Antiguo Testamento, los reyes y los sacerdotes (a veces, los profetas) eran ungidos con aceite para desempeñar una tarea divina, Jesús es también ungido, no con aceite sino con el Espíritu Santo, para llevar a cabo su misión salvadora como Rey, Sacerdote y Profeta. Así pues, Él es el Ungido por excelencia, es decir el Mesías o Cristo. Al mismo tiempo, su Bautismo revela su filiación divina. Jesús es declarado Hijo de Dios -«Tú eres mi Hijo, el amado, en ti me he complacido»21- por aquel que le ha enviado: el Padre. La voz del Padre no estaba anunciando un hecho nuevo, hace una solemne declaración de aquella filiación que existía desde la eternidad. Ahora Cristo se manifestaba públicamente como mediador entre Dos y los hombres. La complacencia del Padre, en el texto griego, viene expresada en el tiempo gramatical del aoristo para indicar el acto eterno de amorosa contemplación con que el Padre mira al Hijo.
Ana Catalina Emmerick escribe: "Está oculto a Satanás la divinidad de Jesús y su misión. Las palabras: ‘Este es mi Hijo amado en quien me he complacido’, las entendió como dichas a un hombre, a un profeta"22.
El Catecismo de la Iglesia Católica sintetiza con estas palabras la enseñanza que Jesús nos ofrece al acudir a bautizarse:
«El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente. Se deja contar entre los pecadores; es ya "el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29).
Vida de trabajo
La vida de Jesucristo sobre la tierra supone un cambio esencial en la constitución del mundo, y por tanto en la historia de los hombres. Se percibe que si Jesucristo es Dios y toma forma humana, eso significa ya que Dios, en cierto modo, se hace historia humana, y por tanto que la historia del hombre tiene unas dimensiones insospechadas.
El único suceso de su segunda infancia que se nos narra es su pérdida en Jerusalén. Durante los dieciocho años siguientes seguramente permaneció en Nazareth. "El desarrollo humano de aquel Hombre divino se realizaba de un modo tan natural en el pueblo, que ni siquiera sus vecinos se daban cuenta de la grandeza de quien vivía en medio de ellos"23.
Jesús no dice explícitamente quién es. Si hubiera dicho "Soy Dios" hubiera sonado raro. Además, no lo hace por humildad. Pero dice cosas que ningún otro profeta se atrevió a decir, como: "No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolirlos sino a darles su plenitud"24; "Quien ama a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí" (Mt 10, 37-39). O "Habéis oído que fue dicho a los antiguos: No matarás"25... (fue dicho por Dios). El verbo en pasivo se usa para referirse a Dios. "Fue dicho" equivale a "fue mandado". "Pero yo os digo (y habla de la ira)...", dice Jesús, que equivale a "Yo os mando"26.
Ministerio público
Dentro del ministerio público, Jesús no pretende hacer él solo las cosas. Busca colaboradores. Jesús se presenta como un rabino de su época, pero también hay aspectos de enorme discontinuidad, porque los rabinos no reclutaban discípulos, sino que eran buscados por los jóvenes israelitas. Jesús sigue una práctica diversa: es Él el que elige a sus discípulos. También en las exigencias hay discontinuidad. Los rabinos se dejan prestar servicios. Jesús dice: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Son exigencias nuevas; son la esencia del discípulo. Jesús tiene la novedad de que tiene discípulas –también en discontinuidad con los rabinos de su época-, que además serán las más fieles a la hora suprema de la Cruz.
Jesús "habló del poco caso que la gente hace del cumplimiento del tiempo de las profecías y dijo, entre otras cosas: ‘Son apenas treinta años, y ¿quién recuerda ahora... que tres Reyes vinieron con su séquito desde Oriente, siguiendo una estrella, y buscaron a un Niño recién nacido, Rey de los Judíos, y lo encontraron como niño de padres pobres?... Tres días estuvieron allí. Si hubiesen venido para buscar a un príncipe nadie hubiese olvidado tan pronto su venida’. No dijo, sin embargo, que ese Niño era él mismo"27.
Ana Catalina dice de la Madre de Jesús: "María lloraba por el gran tumulto que se formaba en torno de Jesús, que entrañaba un peligro, por sus enseñanzas y sus prodigios. A Ella llegaban todas las murmuraciones..., los torcidos pareceres"28.
Los milagros de Jesús son testimonio elocuente de su divinidad. Manifiestan que el Reino de dios está presente. Se produce esa tensión entre el bien que no termina de vencer y el mal que no termina de ser vencido del todo.
Parábolas
La palabra parábola procede del griego. No corresponde exactamente al mashal, que es mucho más amplia. Abarca el enigma, acertijo, proverbio, refrán, sentencia. Casi una tercera parte de la enseñanza de Jesús está dicha en parábolas.
También los rabinos de la época las utilizaban para explicar frases de la Escritura, pero Jesús las emplea más abundantemente y con una finalidad propia: revelar los misterios del Reino de Dios. En las parábolas Jesús enseña que el Reino comienza a realizarse en el hombre con la acogida de la Palabra de Dios, y el fruto que produce en cada hombre lo asemeja a la semilla que se siembra en el campo. El Reino no se realiza mediante una victoria apoteósica de Dios exaltando a Israel sobre las naciones, sino que se desarrolla silenciosamente y poco a poco como la semilla que crece... Es más, el Reino se desarrolla al mismo tiempo que el mal y la cizaña, y sólo cuando Dios quiera serán separados uno y otro. La buena semilla no es otra cosa que la Palabra de Jesús y su mensaje de amor29.
Parábola del grano de trigo sembrado en terrenos desiguales que produce frutos desiguales: es el misterio de la gracia de Dios y de la correspondencia a la gracia.
Parábola de la cizaña que crece entre el trigo: en la antigüedad esto se daba como venganza. Ya en el Digesto (Derecho Romano) está contemplado el castigo de los que siembran cizaña entre el trigo.
Parábola del siervo que debe 100 millones de denarios; supone una deuda por 100 millones de días de labor. A él le debe un consiervo 100 denarios. La infinita misericordia de Dios se expresa en esa cantidad tremenda, al perdonarla.
En su conversación con Nicodemo, dijo que nadie entendería su doctrina en tanto que Él estuviera vivo, y que su muerte y resurrección serían esenciales para su comprensión. Ningún otro maestro del mundo dijo algo semejante. Forma parte de la disciplina de Dios hacer mejores a los que ama por medio de las pruebas y los sufrimientos.
Predicación
Jesús anuncia la buena nueva de salvación. Se dirige en primer lugar a la Casa de Israel, pero su misión está destinada a todos. Cristo invitó a la fe y a la conversión, pero no forzó a nadie. El Evangelio de San Juan se fija en las grandes fiestas judías. Menciona al menos tres Pascuas para distribuir la actividad pública de Jesús.
La misericordia de Jesús está en continuidad y en discontinuidad con el judaísmo precedente. Trae un ethos nuevo, un valor moral nuevo: el del perdón. Hay que perdonar al
29 Juan Chapa, Historia de los hombres y acciones de Dios, p. 150. 9
ofensor verdaderamente arrepentido. Esta actitud puede parecernos casi connatural, pero en la sociedad precristiana esto era desconocido, incluso en la actualidad no se entiende, en ambiente judío y musulmán. Constituye un valor ético nuevo, dice José María Casciaro.
Jesús echa a los mercaderes del templo
Cuando Jesús llegó al templo acompañado de sus discípulos "hizo salir del círculo de la oración, con toda amabilidad, a muchos vendedores de comestibles, de hierbas, de aves y corderos, y les indicó el lugar en la antesala llamada de los gentiles. Les amonestó amigablemente diciéndoles que era muy inconveniente el balido de los corderos y la presencia de animales en ese lugar. Ayudó con sus discípulos a transportar las mesas y cajones y les hizo lugar en el nuevo sitio (...). Al volver más tarde Jesús al templo tuvo que echar nuevamente a los mercaderes que habían invadido los lugares prohibidos... los echó de allí empujando sus mesas, procediendo con más energía y decisión que la primera vez. Los discípulos le ayudaban en la obra... El lugar de oración se encontró pronto desocupado"30.
Signos extraordinarios dados a los judíos sobre la venida del Mesías:
María es presentada en el Templo a los tres años y fracción. La hermana de la madre de Lázaro viene a ser su maestra. Aparece en el Templo con tales señales no comunes que algunos sacerdotes ancianos escriben acerca de esta niña extraordinaria. Más tarde suceden otros prodigios como el florecimiento de la vara de José (Ana Catalina Emmerick, vol.4, p. 165).
Luego la extraña historia de la venida de los tres Reyes Magos, de los pastores, por medio del llamado de los ángeles. Después, en la presentación de Jesús en el Templo, el testimonio de Simeón y de Ana; y el hecho admirable de Jesús entre los doctores del Templo a los doce años. Todo este conjunto de cosas extraordinarias las despreciaron los fariseos y las desatendieron. Tenían la cabeza llena de asuntos profanos y de gobierno. Como la Sagrada Familia vivió pobremente, fue relegada al olvido, como el común del pueblo. Los pocos iluminados, como Simeón, Ana y otros, tuvieron que callar y reservarse delante de ellos.
Cuando Jesús comenzó su vida pública y Juan dio testimonio de Él, lo contradijeron con tanta obstinación, que los hechos extraordinarios de su nacimiento y juventud, si es que no los habían olvidado, no les causaron interés. El gobierno de Herodes y el yugo romano los enredó de tal manera en las intrigas palaciegas y en los negocios humanos, que todo espíritu huyó de ellos. Despreciaron el testimonio de Juan y la predicación de Jesús (cf. p. 167-168). Tenían ideas erróneas sobre el Mesías y los profetas. Pero si su ceguera fue grande al no reconocer las señales de la venida del Mesías, mayor es su obstinación después de que obró milagros y escucharon su predicación.
La Ley 30 Ana Catalina Emmerick, Visiones y revelaciones, 6, p. 531-532. 10
La Alianza lleva consigo la Ley. Los hechos más importantes de este periodo son: la zarza ardiente, la vocación de Moisés como nuevo líder de Israel, la revelación del nombre de Dios y la nueva relación de amistad entre Yavé y el pueblo escogido31.
El Templo
El Templo era el lugar en donde había de entrar el Mesías, según el oráculo de Malaquías 3, 1 y 2 (vendrá a su templo el Señor). En la Liturgia actual, en la fiesta de la Presentación del Señor (2.II) se lee la profecía de Malaquías sobre el ingreso del Señor en el santuario. La liturgia prescribe el salmo 23, porque la tradición encontró que era el mejor para celebrar el ingreso de Cristo en este mundo. Juan Pablo II ha comentado: Jesús "va al templo, llevado como un Niño en brazos de María y de José, a los cuarenta días de su nacimiento. Y, aunque ninguno de los presentes –excepto Simeón y la profetisa Ana- lo sepa y dé testimonio de Él, en el momento de su llegada, debería resonar el salmo 23 porque precisamente fue escrito para este momento. Para esta venida. El Templo de Jerusalén debería saberlo. En cambio, el Templo calla y el salmo no suena"32.
Salomón inició la reconstrucción del primer templo hacia el año 970 a.C. Fue el orgullo del pueblo judío, pero fue destruido por Nabucodonosor en 586 a.C. cuando los judíos son deportados a Babilonia. Dios les va develando el "misterio" de la figura del Templo, haciéndoles ver que es ante todo un signo para alcanzar conciencia de la presencia de Dios. La destrucción del templo es una señal de un castigo que Dios permite para que el pueblo comprenda el valor instrumental y relativo del Templo frente a la primacía del culto del corazón33.
El segundo templo fue finalizado en el 515 a. C. Llamado también de Zorobabel, por ser este rey davídico su principal impulsor. Ezequiel les hace comprender que el "templo" de la tierra no es sino una imagen imperfecta del "trono" de Dios en los cielos34.
Cuenta el historiado Flavio Josefo que entre los años 20-19 a.C. Herodes el Grande inició las obras de reconstrucción parcial y embellecimiento del Templo. Tardará diez años en esta tarea, si bien las cuestiones de detalle no se finalizaron sino hasta el 62 d.C. Este tercer templo mantuvo un gran parecido con el de Salomón. Este Templo fue visitado por JC, pero en el año 70 de nuestra era fue destruido por... Tito. En la actualidad, sobre la antigua explanada, se levanta allí la mezquita de Omán.
Jesús revela el significado más profundo del templo, cuando tras la expulsión de los cambistas y mercaderes, los judíos le piden una señal. Les dice: "Destruid este templo y en tres días lo levantaré"35. Se cumple así la profecía de que Dios habitaría entre los hombres36, y que se realiza de modo pleno en el Cuerpo de Cristo, "porque en él habita toda la plenitud de la divinidad corporalmente"37. El Templo de Jerusalén es figura de Jesucristo, el verdadero templo de Dios.
Flavio Josefo nos dice en sus Antigüedades que era creencia judía que el Templo de Jerusalén con sus tres divisiones había sido modelado sobre el plan con el cual Dios construyó el universo, que también tenía su vestíbulo, su santuario y su Santo de los Santos38. El vestíbulo de la creación es el mundo material, es decir, toda cosa sensible. El santuario de la creación es el mundo de las causas, de la ciencia, de la filosofía y la ley natural. El Santo de los Santos de la creación es el mundo del misterio y la revelación, tales como la Trinidad y la Encarnación. La llave que abre el mundo de la materia son los cinco sentidos. La segunda llave que abre el mundo de las causas es la razón, que nos capacita para penetrar en el sentido de las cosas. Finalmente, la llave que abre el Santo de los Santos de la creación es la delicada llave de la fe.
Scott Hahn dice: Jerusalén era la ciudad santa para los hijos de Israel; y la mayoría de los primeros cristianos eran judíos, tenían que enfrentarse a la destrucción del Templo, el más hermoso edificio de la tierra, y a la desaparición de un sacerdocio que se remontaba a más de mil años, establecido por Dios en el monte Sinaí. Jesús mismo lloró con amor por Jerusalén, incluso cuando los padres de la ciudad urdieron su ejecución. Para estos primeros cristianos, la destrucción de Jerusálen fue causa de intensa inquietud39.
El antisemitismo y el antijudaísmo son espiritualmente destructivos y estúpidos. En palabras de Pío XI: "espiritualmente, somos semitas"40. No puedes ser buen católico mientras no te enamores de la religión y del pueblo de Israel.
Podemos dudar de las cosas que están abajo del hombre o de las cosas que están por encima del hombre, tales como la gracia, la divinidad de Cristo, la Trinidad. El agnóstico que duda del valor de las cosas que están abajo –es decir, del poder del hombre para salvarse a sí mismo, de la felicidad completa aquí en la tierra, de la capacidad de la ciencia para satisfacer el corazón humano- tiene por resultado hacer que el hombre mire más alto y abre la senda para un progreso mayor. Hay pues tres fuentes de visión en el universo: el ojo, la razón y la fe. Cada una de ellas alcanza su perfección por medio de un sano agnosticismo. La fe es a la razón lo que un telescopio es al ojo.
Las clases cultas de nuestro mundo moderno, dice Fulton Sheen, no son cultas porque nunca ha tenido una duda. Ellas tratan de hacer todo claro, y de aquí que hagan todo misterioso. Olvidan que aun la misma naturaleza tiene misterio. En los reinos más altos, es a la luz de un misterio sobrenatural como todas las cosas se vuelven claras, aun el problema del mal: la Encarnación.