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Iglesia y gobierno socialista

Es bochornoso el constatar el sectarismo, la persecución larvada y el ataque descarado que por todos y en todos los medios, el gobierno socialista viene ejerciendo contra la Iglesia católica desde que llegó al poder.

Se usa con la Iglesia una doble táctica. Talante de aparente respeto y ataque sin tregua al matrimonio, a la familia, a la enseñanza religiosa y a la moral católica.

No hay día que no se dé alguna ofensa gratuita contra la jerarquía y los millones de católicos que forman la comunidad eclesial. Se están subvirtiendo todos los valores cristianos en casi todos los terrenos. Se trata de acallar o amordazar la voz de los obispos cuando, como es su deber, defienden los valores católicos esenciales. ¡La Iglesia silenciada y a las sacristías¡.

Molesta la referencia constitucional a la Iglesia. Se la ha amenazado para que se autofinancie sin la ayuda estatal. Se avecina la legalización de la eutanasia etcétera. Un verdadero reto.

La respuesta y postura de la Iglesia debe ser la esperada. El bien a defender no es tanto la ayuda del Estado, el conservar sus privilegios e intereses, cuanto ejercer su plena libertad para evangelizar y ser la conciencia crítica del poder social, político y económico.

Una iglesia pobre, perseguida, pero libre y fiel a Cristo, a su evangelio y a su misión de anunciar sin trabas el Reino de Dios.