Ha sucedido ni más ni menos que lo previsto. En cualquier confrontación trascendente que tenga la Iglesia con el Gobierno socialista actual, ( como la ley del aborto libre, la manipulación de embriones y los matrimonios homosexuales ),siempre la Iglesia católica, (sus jerarcas, los obispos), quedará acorralada contra las cuerdas, a punto casi del KAO técnico.
Frente a las razones de orden natural compartidas por la generalidad de la ciudadanía española, que el portavoz de la Iglesia, expuso con convicción y razonadamente, siempre se encontrará con el muro inexpugnable de la réplica socialista: la apelación a la Constitución y al laicismo de la misma. Son dos planos paralelos en que siempre la Iglesia llevará las de perder.
Falta la apelación valiente y contundente de la Iglesia a las razones de orden sobrenatural, los Mandamientos de la Ley de Dios, la enseñanza de Jesucristo, que están inscritos en el corazón y obligan a todo hombre, no solo a los creyentes. Es verdad que la Iglesia no puede ni debe tratar de imponer su enseñanza a nadie, pero faltaría gravemente a su misión, si no propone, guste o no guste a la autoridad civil , el mensaje divino. Y que la Iglesia se crea depositaria de la Verdad, es, ni más ni menos, lo que siempre coherentemente ha enseñado con toda la autoridad de su divino fundador, Jesucristo.
Si por hablar así de claro, la Iglesia católica ha de sufrir represalias, persecución, pérdida de prestigio y de prebendas, todos los verdaderos cristianos lo tenemos más que asumido desde hace más de veinte siglos.”¡No temáis, Yo he vencido al mundo¡”.Palabra de Jesucristo...