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Gays dentro de la Iglesia

He leído una carta con aire requisitorio para con la Iglesia católica, en la que abierta y públicamente se preguntaba: “¿Qué hace la Iglesia con sus fieles homosexuales?.” Su autor, señor Mendiluces , con un desconocimiento evidente del proceder de la Iglesia, inquiría con dureza, no exenta de intencionalidad, si acaso condenaba a sus fieles gays a la hoguera, a los hornos crematorios o a señalarlos con el dedo.

No es cuestión de tomar en serio tales injustas provocaciones. Sí que creo necesario, para aclarar malentendidos, expresar la actuación de la Iglesia para con los que se sienten miembros suyos, sea cual sea su orientación sexual.

-A nadie, dentro de la Iglesia, se pregunta cuál es su orientación o tendencia sexual.

-Nadie dentro de la Iglesia se siente discriminado, marginado o señalado por lo mismo.

-Los deberes y derechos son iguales para todos los miembros de la comunidad.

-La Iglesia nunca juzga y menos condena las tendencias personales de las personas. Sólo de sus actos.

-Nunca la Iglesia aceptará la celebración como sacramento de las uniones homosexuales

-Predica que el 6º Mandamiento obliga por igual a todos sus miembros. La actividad sexual de los gays para la Iglesia no es lícita, como para los solteros, viudos, o célibes.

-A ninguna persona se le niegan los sacramentos por su inclinación sexual.

-A los gays la Iglesia, con comprensión y amor, les anima a la práctica de la oración y a vivir castamente, como lo ha hecho y lo seguirá haciendo.

Sirvan estas líneas para clarificar las cosas y comprender la postura humana de la Iglesia para con sus fieles gays.