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Estrellas radiofónicas

Los internautas que navegan por las corrientes procelosas de la red de redes, perciben que las aguas están un tanto revueltas. Las alabanzas y descalificaciones de algunos directores de programas, estrellas radiofónicas, están a la orden del día.

Dan lugar a discusiones apasionadas en pro o en contra, algo parecido a lo que sucede entre los hinchas y rivales de ciertos equipos de fútbol.

Es de alabar este interés del españolito de a pie por temas que trascienden lo deportivo, lo lúdico o el mero divertimiento. Loado sea cuando se hace con moderación y sin recurrir a insultos personales o institucionales.

El oyente inteligente no se fija tanto en quién trasmite, ni siquiera cómo trasmite. Se fija principalmente en lo que oye y lo valora si es conforme o no a la realidad. Es tiempo de abandonar personalismos-yo con fulano, yo con mengano, yo con zutano- y quedarse con los valores positivos, de bien común y fundamentales, trasmitidos por sea quien sea. Caiga o no simpático.

Hoy en España necesitamos de profesionales honrados y sinceros que defiendan ideas y no intereses personales o partidistas. Nadie sobra en las ondas, si es honrado consigo mismo y se esfuerza en ser siempre sincero.

La pregunta del millón es: ¿Dónde está este mirlo blanco?.