En el 2008 la Joit Information Systems Committe (JISC), junto con la Biblioteca Británica, realizó un estudio para valorar las habilidades de investigación de los niños y jóvenes. El estudio se tituló “Information behavior of the researcher of the future”.
Uno de los hallazgos más notables del estudio fue que los jóvenes no tienen las habilidades críticas y analíticas para juzgar la relevancia y la confiabilidad de lo que encuentran en Internet. Incluso se habló sobre el serio problema de plagio que presenta esta generación al limitarse a “cortar y pegar” la información que encuentran.
En este sentido, encontramos que las nuevas generaciones presentan una facilidad abrumadora para el uso de las TIC’s en cuanto a manejo de herramientas se refiere; pero las generaciones que les anteceden son las que cuentan con las habilidades de pensamiento para aprovecharlas de manera crítica y analítica.
Es aquí donde encontramos una coyuntura positiva para la comunicación y educación inter-generacional, especialmente entre padres-hijos. El enlace podría darse a través de los nuevos medios. Conocerlos es una tarea para los padres ya que el mundo de la era tecnológica afecta a sus hijos de manera directa.
Las nuevas generaciones tienen a su alcance un uso indiscriminado de todo tipo de información en internet. Pueden manejar y disponer de saber científico, conocer virtualmente el mundo entero, ubicar y aprovechar una gran cantidad de material para la diversión y el entretenimiento -series televisivas, música, juegos- y, sobre todo, disfrutar de un mundo sin fronteras en el campo de las redes sociales.
Niños y adolescentes cuentan con un nuevo modo de aprender y de pensar. Surgen, día con día, ocasiones para entablar relaciones y edificar redes de afinidad. Padre y madre pueden entrar en ese mundo, a base de una nueva metodología de relación. Son ellos los principales educadores de sus hijos y en ellos recae la responsabilidad de ayudar a los hijos a formar criterios claros de pensamiento y reflexiones pausadas y profundas.
No cabe duda que las ventajas que nos brinda internet son grandes, como también son grandes los riegos exponenciales. Navegar y obtener información de cualquier sitio conlleva la posibilidad de que sea inexacta, incompleta o incluso falsa. Otras veces el “menú” de posibilidades puede ser no adecuado para la edad y madurez psicológica del niño o adolescente.
La posibilidad de entablar conversación entre sus iguales en un mundo virtual puede dar oportunidades de relaciones aparentemente estrechas a pesar de la distancia geográfica. La adopción de falsas identidades es un fenómeno que existe y que pueden provocar conflictos de personalidad o crear situaciones con desconocidos cuyas intenciones desconocemos.
Unas horas compartidas en el uso de las TIC´s puede generar un interés común: los padres pueden verse enriquecidos por sus hijos y ellos a su vez aprender a navegar en el mundo virtual usando criterios de selección, de análisis y de crítica.
El acercamiento directo a los contenidos, la música, los vídeos, los juegos y las redes sociales ayudarán a comprender el mundo en que se encuentran sus hijos y los padres podrán sugerir formas de comportamiento llenas de verdad, respeto y aprecio por las personas, fomentar la comunicación franca, enseñar las implicaciones y consecuencias de lo que se comunica en textos, videos o fotografías, así como alertar sobre las consecuencias que tienen en la vida real los comportamientos virtuales.
Los hijos tienen mucho que aprender de sus padres; es necesario enseñarles a usar su libertad con responsabilidad. Control y dirección cuando todavía no pueden decidir por sí mismos. Acompañamiento, consejo y ejemplo cuando ya puedan asumir la trayectoria de sus vidas.
El uso de Internet en casa, lugar habitual de navegación de los hijos, compromete a los padres a idear un proyecto educativo que incluya los TIC´s, para así garantizar la formación integral de los hijos. A través del internet entran en el mundo interior del niño o joven, ideas que habrá que saber colocar en su justa medida, a base de la jerarquización y ordenación de valores familiares, lo cual sólo es posible con la ayuda de los padres.
Son de gran ayuda el uso de filtros de contenidos, el control de horas, los registros de páginas web visitadas, la disposición del lugar donde se maneje el medio informático o los consejos antes dados por los padres como: el evitar proporcionar información personal a desconocidos, rellenar cuestionarios o hacer compras. Sin embargo, lo que se aprende junto y de los padres posee un valor muy superior, ya que incluye un valor agregado, rico en experiencia y madurez. Los padres educan con lo que dicen pero el doble con lo que hacen. Su mediación educativa será siempre valorada por los hijos.