“A quien aman sin haber visto; en quién creen, aunque de momento no lo vean, rebozando de alegría inefable y gloriosa; y alcanzan la meta de su fe, la salvación de las almas” (cf. 1Pedro 1,8-9)
1.- Me causó impresión el leer un artículo sobre el sentido del Humor de Jesús, yo siempre consideraba a Jesús muy serio y que nunca quitaba la seriedad en sus palabras. Sin embargo no quiero entender que Jesús hablaba en broma, o como mera diversión, o siendo cómico como entendemos generalmente el humor.
Fui a ver el diccionario de la Real Academia de la Lengua y encontré que ella define el humor como “jovialidad, agudeza”. El humor por tanto tiene mucho que ver con el amor, la comprensión y Jesús tenía mucho amor para cada uno de nosotros y nos comprendía a todos, porque somos las ovejas de su rebaño. Por tanto debemos entender el humor como un don del corazón, como una disposición del alma que se refleja en nuestra actitud frente a la vida.
Por eso si queremos hablar del humor de Jesús queremos decir cómo se proyecta en sus palabras, es decir cuál es su relación que proyecta con las personas que lo rodeaban, como veía la vida, cómo era su manera de vivir. Ciertamente Jesús era un hombre que tenía un gran sentido de justicia, Él tuvo compasión de quienes sufrían, tenia ciertamente gran sensibilidad humana. Yo leo en su vida que siempre aceptaba las invitaciones que le hacían para ir a comer; grande fue su cariño por invitar a Zaqueo a bajarse del árbol en el que se había subido e invitarlo a su casa. Si la gente acudía a él y en particular los niños, era que Jesús irradiaba alegría, paz y confianza, esto significa que Jesús tenía un espíritu festivo.
2.- Encontramos el humor de Jesús en los Evangelios en los que leemos sus palabras que son siempre serias y que nos enseñan muchas cosas, pero puedo también encontrar en ellas un carácter jovial y alegre:
Ese hombre que hablaba del Reino de Dios como una perla, como un tesoro, como un banquete, no podía ser menos que una persona con alma sensible y feliz, presta a festejar y alegrarse con sentido de buen humor. Es cierto que nunca se dice en el Evangelio que la gente en general se riera con Jesús o que el mismo dejara escapar una sonrisa.
Pero Jesús tenía, sin duda, un alma poética porque encuentro que él se refería a las flores del campo, a los pajaritos y que nos dejó delicadas y finas parábolas, que además era muy sensible al verse frente a un enfermo, frente a un leproso marginado, frente a los “poseídos” por el demonio.
Jesús abría sus brazos acogedores a los minusválidos, a los niños, a las mujeres, a los pecadores y a prometerles el Reino de Dios; por eso nos atrevemos a decir que Jesús era una persona con alma sensible y feliz, que era un hombre presto a festejar y alegrarse.
3.- Lo más importante que quiero insistir es que la alegría es la nota esencial del discípulo de Cristo. Es la alegría un rasgo que debe de caracterizar al cristiano; y no solo una alegría “Espiritual” sino una alegría plenamente humana, un sentimiento netamente humano de felicidad.
Encontramos en la Sagrada Escritura que el Apóstol San Pablo nos exhorta reiteradamente a ser alegres. Si Jesús atraía a la gente era porque su vida y su predicación irradiaban y contagiaban alegría. Jesús era un hombre feliz y nos invita a todos a vivir humanamente alegres. Jesús inclusive ante la pobreza, el hambre y el dolor declaró dichosos a quienes viven estas situaciones.
De la predicación de Jesús, especialmente de sus parábolas, se desprende que la actitud fundamental de los discípulos debe ser la alegría. Las celebraciones cristianas como el Bautismo, la Confirmación, la Primera Comunión, la Confesión y para mucho el Matrimonio, tienen su fundamento en la resurrección de Jesucristo y sabemos que es él quien nos da esas celebraciones, porque él está siempre con nosotros y debemos decir que él fue un hombre notablemente alegre y con buen sentido del humor, un hombre que sabía festejar.
La felicidad genuina se comparte y celebra y se festeja en comunidad, porque la celebración es muy propia de todo ser humano, por eso estamos seguros de que tenemos las expresiones naturales de la alegría y hay fuerte intercambio de los que celebramos esta felicidad.
La alegría es parte integral de la Buena Nueva, la cual hace falta en este mundo materialista en el que vivimos.
Mis Felicitaciones a todos los Papás, el Señor les conceda ser muy alegres y fieles a la vocación recibida. Mis Bendiciones más cordiales.