Pablito paseaba en el campo de diversiones con sus papás y hermanos el domingo y cuando subía la escalera de la resbaladilla gritó: ¡Papá, mamá! ¡Ya entendí eso de la curesma!¡Es como subir una escalera para llegar a donde Jesús va a morir y resucitar!
Tienes razón Pablito, dijo papá, no lo había visto así, las lecturas de las cinco semanas para la preparación a la Pascua nos invitan a crecer siempre.
Hoy el Evangelio nos presenta cómo Jesús supera las pruebas y escoge ser el Mesías humilde y paciente. Sí,-interviene mamá-, con Jesús acaba Dios la obra de la salvación, que empezó desde muchos siglos antes, como nos dice la primera lectura, y ese regalo que es la salvación nos lo ofrece ahora a nosotros, que somos su nuevo pueblo.
Rosi, la mayor, que escuchaba atenta dijo: Para subir la escalera que dice Pablo, necesitamos levantar los pies y cogernos del barabdal para no caernos, yo creo que el subir los piesen los escalones es como "escuchar atentamente "lo que nuestro Padre Dios nos dice cada semana y, el cogernos del barandal es como poner en práctica esa Palabra, y así cada domingo subir un escalón.
Excelente reflexión,-dice papá- ¿qué tal si nos ponemos, en esta cuaresma, a escuchar con atención las lecturas y después entre todos sacamos una tarea para la semana?
Escucha con corazón dócil y abierto la Palabra de Dios y a partir de ella, proponernos una acción concreta en la semana.