Pasar al contenido principal

El Evangelio en mi Familia- ¡Cuando un hijo decide seguir a Jesús!

Mi familia es católica, somos 7 y cuando una hermana le dijo a mis papás que quería se r religiosa, trataron de convencerla que no lo hiciera y le pusieron de límite la mayoría de edad que en ese entonces eran 21 años, para ver si en el inter se arrepentía, pues le faltaban dos años.

La mandaron un año a estudiar fuera, trabajó el otro año, y socialmente llevaba una vida normal, salía con sus amigos, iba a fiestas, tuvo pretendiente, yo le pedía que le correspondiera a uno que simpatizaba a la familia, pero me contestaba que no tenía por que engañarlo, pues lo quería como amigo y a un amigo no se hace eso.

Finalmente llegó el día que cumplió la mayoría de edad y a los 21 años entró en el convento, ahora es misionera y trabaja con la gente más pobre formando comunidades para evangelizar, lleva una vida muy intensa con anécdotas increíbles, que necesitaría escribir un libro para contarles algunas, lleva 32 años siendo pobre por opción como me dijo cuando uno de mis hermanos le quiso regalar un coche viejo para transportarse más rápido en su trabajo y no lo aceptó.

Sin temor a equivocarme, de todos mis hermanos es la que vive más feliz, es la más pobre materialmente pero la mas rica espiritualmente.

Su trabajo no ha sido siempre vida y dulzura, no le han faltado las persecuciones propias de alguien que se entrega de esa manera a extender el Reino de Dio; en una ocasión me contaron que su obispo se expresó de ella como una "religiosa valiente".

Yo creo que Jesús no solo la miró con amor y le dijo: "Una cosa te falta: vete, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobre; así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme" (Mc 10, 21) Sino que la sigue amando. Cuando llega con mi mamá unos días, es como el imán que a todos atrae, desde a los hijos de nuestros hijos, hasta a mis cuñado, vecinos y amigos, todos estamos sedientos de convivir con ella pues es como una luz que ilumina; cuando se va, además de la tristeza de verla partir otra vez, nos deja un testimonio muy fuerte de vida del cual siempre aprendemos algo.

Que bueno que ella pudo seguir su vocación y ser feliz. Pues si la hubieran alejado totalmente de su camino y ahora la viéramos sufrir, triste y amargada, no me gustaría estar en los zapatos de mis papás de lo arrepentido que estarían.