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Miles, quizá millones de familias, sufren al ver cómo El hecho de que las bebidas alcohólicas sean legales, incluso sean aceptadas desde el punto de vista social, agrava la situación. Los consejos de sus padres y educadores no sirven casi para nada. Se “goza” tanto con un poco más de vino, se disfruta tanto con algo que, si es legal, no debería ser tan malo... Miles de familias saben que las drogas son algo mucho más Ahora esas familias, y muchas otras que hasta ahora no habían tenido grandes miedos ante este peligro, ven con pena que pronto será más fácil El Sabemos que el número de muertos al año, por culpa del alcoholismo, es sumamente elevado. En algunos países se trata de miles de muertes al año. En realidad, son muchas las víctimas de “doña cerveza” que no entran en las estadísticas, porque no siempre consta como muerto por alcoholismo el que fallece a consecuencia de enfermedades contraídas por el uso excesivo de cerveza, vino y otras bebidas más peligrosas. Hasta ahora el número de muertos al año por droga era normalmente bastante inferior a las víctimas Cualquier sociedad auténticamente progresista tiene que reaccionar ante la situación que se crea allí donde llega a permitirse tener droga “para uso personal”. Porque los traficantes gozarán de más libertad (aunque nos digan lo contrario), porque aumentará la demanda de droga, porque los consumidores verán más fácil la compra de algo que ya dejó de estar prohibido. Sobre todo, porque muchos adolescentes, nacidos en un mundo hedonista que no les ha enseñado a renunciar al capricho, quedarán “enganchados” mucho más fácilmente por falsos amigos que les llevarán a iniciarse en el macabro mundo de la droga. La reacción debe ser un mayor cuidado en las escuelas, para que nadie pueda dar dosis a los más pequeños o a los adolescentes. En las casas, para ver si realmente damos a los hijos una educación La droga legal, digámoslo con franqueza, es droga mortal. Quizá, incluso, es una señal de alarma de que algo en la sociedad está sumamente enfermo. Los jóvenes merecen mucho más de la clase política y de los educadores. La lucha contra la droga nos afecta a todos. Porque la droga mata, también cuando deja en vida a cadáveres Frente a la droga legal podemos dar nuestro sí a la vida sana y llena de las virtudes más genuinas del ser humano: el trabajo, el estudio, la solidaridad, la justicia, el amor. Estamos a tiempo. Quizá incluso para cambiar leyes asesinas, para difundir valores de esperanza, para enseñar que la vida vale tanto que por ella podemos sacrificar cualquier placer efímero: porque así podremos invertirla en amores verdaderos que duran en el tiempo y en lo eterno. |