Jesucristo llama a los que Él quiere
Tu vocación no tiene nada que ver con 'tus defectos, imperfecciones o caídas. Jesucristo no llama a los santos, a los puros, a los indefectibles. Según nos dice el Evangelio, llama a quien quiere y entre esos encontramos a unos mejores y a otros peores, a todos llenos de miserias y defectos.
La vocación es un don gratuito y no un premio a los méritos. Por ello, no te apoyes en tus fallos e imperfecciones para poner en duda el llamado de Dios.
Piensa en que Dios te ha amado mucho, no por tus cualidades, sino por pura bondad gratuita.