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Ama y haz lo que quieras

 

Esta frase de S. Agustín, correctamente entendida y practicada, encierra en sí, el meollo de todo el mensaje cristiano. En efecto, nadie que ame de verdad, podrá nunca obrar mal ni respecto a Dios, a quien obedecerá en todo, ni respecto al prójimo a quien respetará profundamente.

Lo verdaderamente difícil en este aspecto del amar, es ser sincero con uno mismo y ante Dios, conocedor de los más íntimos secretos de nuestro corazón. Muchas veces al socaire y bajo capa de amor, se pueden esconder intenciones más o menos egoístas de utilizar a los demás para propia satisfacción o de buscar no el bien ajeno, sino el egoísmo camuflado. Desgraciadamente, la palabra más bella de nuestra lengua.,"amor", se ha adulterado y prostituido infinidad de veces, no sólo en el lenguaje, sino en la práctica y en la vida.. Sólo la persona que sabe respetar y buscar el bien ajeno, es el que ha entendido el sentido auténtico del amor.