Una madre, ruso-alemana, de doce hijos, de la ciudad alemana de Salzkotten en Paderborn, ha sido condenada a 43 días de cárcel, por negarse a inscribir a sus hijos en el programa de educación sexual en una escuela primaria local, según las agencias Kath.net y Katholishes.info.
Se trata de la madre de otra de las familias de religión bautista acosadas por el Estado por el mismo motivo: se oponen, por sus convicciones religiosas, al programa de educación sexual implementado por las escuelas alemanas. El matrimonio se ampara en la Convención Europea de Derechos Humanos, ratificada por Alemania. El artículo 2 del primer protocolo de la Convención, dice que el Estado debe respetar el derecho de los padres a una enseñanza conforme sus a convicciones religiosas y filosóficas.
Las autoridades educativas y judiciales de Paderborn no están dispuestas a respetar este derecho. La encarcelada no es la primera madre de familia de la región que es condenada por oponerse a que sus hijos sean pervertidos por el Estado. Su marido, declaró a Kath.net, que su mujer “encuentra su consuelo en Dios", y que sus hijos están aprendiendo que sufrir la injusticia es parte de la experiencia de ser cristiano.
El gobierno alemán no desiste de la persecución a los padres que se oponen a la instrucción sexual que se da en las escuelas. Penados con multas y cárcel, perseguidos por los tribunales, algunos se han visto obligados a emigrar de su país a Austria o exiliarse en los Estados Unidos y Canadá. En muchas ocasiones estas familias han sido tratadas como criminales por la policía, que ha llegado a secuestrar a sus hijos menores de edad