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¿África en Holanda?

 

Misones... ¿qué es lo primero que te viene a la mente? ¿Junglas africanas o grandes ríos amazónicos llenos de pirañas? ¿Idiomas nuevos que aprender? ¿Paganos que no conocen a Cristo?

Quizás voy a desilusionarte un poco, pero las misiones del siglo XXI, las misiones que más necesita la Iglesia en estos momentos o se encuentran en África, en Latinoamericana o en la lejana y mística Asia. No quiero decir que esas tierras no tengan necesidad de ser evangelizadas, pero ahora el mapa de las misiones se ha ensanchado y comprende un país que no cabría en la mente de un misionero o una misionera del siglo XIX? ¿Te acuerdas de las fotografías clásicas de unas monjitas desembarcando en las costas de África con grandes cargamentos de medicinas, libros y objetos religiosos llevados en hombros por "negritos" que las doblaban en fuerza y en estatura pero como niños ansiosos las esperaban por recibir la palabra de Dios y un pedazo de la civilización que llegaban con ellas?

Olvídalo. O más bien prepárate para escuchar lo impensable. Ahora la nueva misión se encuentra en Holanda. Los "puertos"a los que tienes que desembarcar se llaman Rotterdam, Amsterdam, Maastricht, Eindenhoven, s´-Hertogenbosch. Y no tienes a nadie que lleve tu cargamento pues el estado holandés se encarga de todo: desde la cuna hasta el ataúd, eutanasia incluída para aquellos que lo soliciten. La felicidad está garantizada para todos aquellos que entren en el bienestar económico y cumplan las reglas al pie de la letra. Puedo decirte en primera persona que no he visto una sociedad más exacta y apegada a las leyes que los holandeses.

Sin embargo no conocen a Dios. Se han alejado de Él, pero guardan en lo más íntimo de su corazón una gran ansia de Dios. Las misas para los que todavía van a misa en Holanda, son impesionantes: los cantos son preciosos, las oraciones se rezan con pausa, con calma, con mucha unción y devoción. Hay un orden para todo y tienen un gran sentido de lo divino. El mismo sentido místico que muchos holandeses lo han buscado en la felicidad material, en las drogas o en el sexo.

Pero aunque tu no lo creas, en medio de este"paganismo post-moderno" ha nacido una congregación religiosa de holandeses que desde el 1 de septiembre de 1989 busca donar sus vidas por la reconquista espiritual de Holanda. Ellos son esos nuevos misioneros en las calles de Utrecht, Arnhem, Leiden o La Haya. No llevan medicinas, libros artículos religiosos sino que fieles al nombre de su congregación llevan un Cristo muerto y resucitado para curar el espíritu de muchos holandeses, apagado por el materialismo de la época post-moderna. Ellos, los "Misioneros y las Misioneras del Amor Crucificado y Resucitado" no juzgan el mundo de Holanda: quieren sanarlo y se dedican día y noche a promover retiros espirituales, noches de adoración, dirección espiritual. "La gente llega con tantas heridas en su espíritu", me decía sor Rita Maria, Fundadora de la rama femenina de esta orden.

Si te sientes atraída o atraído a dar tu vida en Holanda, si tienes ánimo de misionero y estás dispuesto a dejar tu tierra, a aprender holandés y a perderte en la cultura más post-moderna de Europa, si quieres morir en la Cruz para resucitar con un gran amor por tus hermanos holandeses, ¿por qué no lo dejas todo y vienes? Cristo te está esperando.. no en África, sino en Holanda.

Comunícate cuanto antes con Sister Rita Maria, si eres mujer o P. Bartholomeú, si eres hombre.