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3er Domingo de Adviento - Ciclo A

Celebración del
Adviento

Tercer
Domingo de Adviento - Ciclo A

Inicio

Guía: En el Nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Guía: Ven Espíritu Santo,

Todos: llena los corazones de
tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Guía: Envía tu Espíritu
creador.

Todos: Y renovaras la faz de la
tierra.

Guía: Oh Dios, que has
iluminado los corazones de tus hijo con la luz del
Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para
gustar siempre del bien y gozar de sus consuelo. Por
Cristo Nuestro Señor.

Todos Amén.

Bienvenida

Guía: Una vez más nos
reunimos, atendiendo al anuncio de la llegada de Dios
nuestro Señor. Se acerca la gran fiesta de Navidad, la
fiesta del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo en
Belén y en cada uno de nuestros corazones. Preparémonos
a recibir a nuestro salvador reuniéndonos en torno a
esta corona.

(Se enciende la tercera vela)

Palabra de Dios

Guía: Escuchemos la palabra de
Dios:

Lector: Lectura del Santo
Evangelio según San Mateo:

(Mt
11, 2-11)

En aquel tiempo:

Juan,
que en la cárcel había oído hablar de las obras de Cristo, envió a
sus discípulos a decirle: « ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos
esperar a otro? » Jesús les respondió: « Id y contad a Juan lo que
oís y veis: los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan
limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los
pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!
» Cuando éstos se marchaban, se puso Jesús a hablar de Juan a la
gente: « ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña agitada
por el viento? ¿Qué salisteis a ver, si no? ¿Un hombre
elegantemente vestido? ¡No! Los que visten con elegancia están en
los palacios de los reyes. Entonces ¿a qué salisteis? ¿A ver un
profeta? Sí, os digo, y más que un profeta. Este es de quien está
escrito: He aquí que yo envío mi mensajero delante de ti, que
preparará por delante tu camino. « En verdad os digo que no ha
surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista; sin
embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es mayor que él.

Reflexión

Guía: Él ha venido como el
médico que cura las más profundas enfermedades del
hombre. Por esto, la peor de nuestras enfermedades, el
pecado, en esta visión de la gran misericordia del
Señor, es simplemente un obstáculo porque el Salvador
divino ha venido a socorrernos.

Diálogo

(Después de unos momentos de
silencio el guía debe motivar que los participantes
hagan comentarios sobre el texto bíblico. Para terminar
este diálogo se invita a los presentes a hacer un
compromiso.)

Compromiso

Guía: Pongámonos en presencia
de Dios y meditemos:

Señor, ayúdanos a permanecer
en vela guardando la venida de tu Hijo, con la lámpara
de la fe encendida y con una gran dosis de humildad.
¿Tiene aceite mi lámpara? ¿Por cuánto tiempo?

(Se dejan unos momentos de
reflexión)

Despedida

Guía: Señor, gracias por
reunirnos una vez más en torno a esta corona. Ayúdanos
a vivir intensamente este Adviento y prepararnos para
recibirte. Por Cristo Nuestro Señor.

Todos Amén.

Guía: En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

(A continuación se puede
continuar la reunión con villancicos y juegos)