A María Nuestra Madre
A María Nuestra Madre
Mi querida y dulce Madre María,
corredentora de la humanidad,
mantenme bajo Tu santa protección.
Guarda mi mente y mis sentidos,
de tal forma que no sea
manchado por el pecado.
Mi querida y dulce Madre María,
corredentora de la humanidad,
mantenme bajo Tu santa protección.
Guarda mi mente y mis sentidos,
de tal forma que no sea
manchado por el pecado.
Oh Madre del Perpetuo Socorro, concédeme la gracia de que pueda siempre invocar tu bellísimo nombre ya que él es el Socorro del que vive y Esperanza del que muere. Ah María dulcísima, María de los pequeños y olvidados, haz que tu nombre sea de hoy en adelante el aliento de mi vida. Cada vez que te llame, Madre mía, apresúrate a socorrerme, pues, en todas mi tentaciones, y en todas mis necesidades
propongo no dejar de invocarte diciendo y repitiendo: María, María, Madre Mía.
Oh, Santísima Virgen María, que para inspirarnos una confianza sin límites has querido tomar el dulcísimo nombre de Madre del Perpetuo Socorro, te imploramos nos socorras en todo tiempo y en todo lugar, en las tentaciones, después de las caídas, en las dificultades, en todas las miserias de la vida y sobre todo en el trance de la muerte.
Santa Virgen del Pilar, escucha
nuestra plegaria, al celebrar tu fiesta,
Madre de Dios y Madre de los hombres,
Reina y Señora.
Tú, la alegría y el honor del pueblo,
eres dulzura y esperanza nuestra:
desde tu trono, miras, guardas, velas,
Madre de España.
Árbol de vida, que nos diste a Cristo,
fruto bendito de tu seno virgen,
ven con nosotros hasta que lleguemos
contigo al puerto.
ORACIÓN
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.
Padre nuestro, Avemaría y Gloria.
Oh Virgen del Pilar, Reina y Madre, España y todas las naciones hispanas reconocen con gratitud tu protección constante y esperan seguir contando con ella.
Obténnos de tu Hijo fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor.
Queremos que en todos los instantes de nuestra vida sintamos que tu eres nuestra Madre.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.