La conversión de Stalin y unos cuantos más
Todo parecería indicarnos que la fe ya es cosa del pasado, una “superstición” superada. Nos invaden con películas y propaganda anticristiana –por no hablar propiamente de la persecución real contra los cristianos que mueren a diario a causa de su fe–, y además estigmatizan a los que creen: es decir, no es que haya precisamente un ambiente que propicie las conversiones. Y al catolicismo menos.